Pese a que el horizonte de la vacuna ya está a la vista, la Argentina enfrenta múltiples desafíos para seguir enfrentando la pandemia de COVID 19: lograr que la población se siga cuidando para que no colapse el sistema de salud, y socavar los intentos del establishment por sembrar la rebeldía y el consiguiente caos en materia sanitaria.

Es un gran alivio para el futuro (pero) no es una solución para el presente. En el presente tenemos los mismos problemas”. Así se refirió el Presidente Fernández al acuerdo para que nuestro país produzca para América Latina la vacuna del laboratorio Astra-Zeneca y la Universidad de Oxford (Inglaterra), la noticia más resonante de las últimas semanas respecto a la lucha contra el COVID 19. Junto con México, se producirán inicialmente entre 150 y 250 millones de dosis, permitiendo la posibilidad de hacerse de la ansiada vacuna entre 6 y 12 meses antes de lo previsto, con lo que si los resultados de la fase III de experimentación en que se encuentra la vacuna son positivos, para el primer semestre de 2021 comenzaría a implementarse. Pero la pandemia continúa, el AMBA sigue siendo el epicentro de contagios y otras provincias también se encuentran complicadas, como el caso de Jujuy, donde pese a su inicial discurso anticuarentena, el mismo Gerardo Morales se contagió. Por otra parte, la política de presión del establishment no cede, como se refleja en la última movilización de la derecha del pasado 17 de agosto.

Un gran acierto para el fortalecimiento del sistema sanitario fue el establecimiento temprano del ASPO (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio), la famosa “cuarentena” que gracias al alto acatamiento que revistió, sobretodo en los primeros dos meses, logró que el gobierno gane tiempo para preparar hospitales con insumos y nuevas unidades de terapia intensiva. También permitió acumular conocimiento para que los profesionales de la salud actúen bajo protocolos más efectivos en función de bajar la letalidad y emplear mejores tratamientos (a este respecto, no debe perderse de vista que se está actuando contra un virus aún no conocido en su totalidad). Pero el ciclo de propagación continuó, en particular gracias a las políticas de continua apertura en la Ciudad y sus adyacencias conurbanas (como Vicente López o San Isidro, de intendencias macristas).

Por eso las retóricas presidenciales, y especialmente del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, no son triunfalistas y van en línea con la necesidad de seguir cuidándose. Pese a los buenos indicadores a nivel internacional (como la baja tasa de muertos cada cien mil habitantes en nuestro país respecto a Europa) la tasa de duplicación de muertes en la Argentina no baja desde el mes de mayo, el promedio de contagios en la última semana es de 5500 casos diarios, y nada indica que la evolución cambie abruptamente para bien hasta que no se emplee la vacuna, más aún si las actividades se abren cada vez más y la población “le pierde el respeto” a la enfermedad.

A este respecto, en la última comunicación oficial conjunta emitida desde Olivos, Axel Kicillof fue categórico y el contraste con “el país de las maravillas” que dibuja Larreta en sus discursos fue más claro que nunca. Mientras en la Ciudad le otorgan un lugar central al permiso para realizar deportes individuales, el Gobernador bonaerense destaca que “angustioso es cambiarse 46 veces el uniforme para poder atender pacientes, ver que se acaban las camas y que se te muera un familiar”, poniendo el eje en el drama de miles de familias que pierden a un ser querido para toda la vida; y en el valor de los profesionales de la salud y personal de hospitales, cuyas vidas corren riesgo en la primera línea de batalla contra el virus. Desde que empezó la pandemia, ya son casi cuarenta los trabajadores de la salud fallecidos en la provincia de Buenos Aires por entrar en contacto con contagiados, además de la falta de profesionales de terapia intensiva que hay en muchos centros hospitalarios.

La otra cuestión de relevancia a la que apuntó el Gobernador es el tema de la ocupación de camas. Y aquí también hay un contraste notorio con la Ciudad: los informes oficiales del distrito más rico del país son confusos a este respecto. Sugestivamente, siempre señalan que las camas UTI ocupadas son inferiores al 70% (el número estimado del colapso). Contrastando estos datos con los que proporcionan los trabajadores, se puede conjeturar que acuden a estratagemas de manipulación de la información como contar camas que no están disponibles en determinados hospitales. El tema del derecho público a la información es de importancia: por eso el Ministerio de Salud de la Nación estableció el Tablero de Control Interactivo, a través del cual se puede realizar un seguimiento en tiempo real de los ingresos y egresos de pacientes en camas de terapia intensiva, cantidad de respiradores y otros recursos críticos disponibles en cada establecimiento.

Para los que se preguntan para qué sirvió el ASPO, basta comprobar que en las últimas semanas se inauguraron cinco hospitales modulares en Chaco, Córdoba, Santa Fe y Mar del Plata; y en la Provincia de Buenos Aires se inauguraron el Hospital General de Agudos René Favaloro en Isidro Casanova, La Matanza; el Hospital del Bicentenario en Ituzaingó; cinco centros de Atención Primaria de la Salud en Almirante Brown; una nueva UTI en el Hospital Interzonal General de Agudos de Gral. Rodríguez. Además, en este último distrito comenzaron a implementarse los programas “Acompañar”, destinado a la asistencia de pacientes leves de Covid-19, y “SUMAR”, para equipar instituciones de salud privadas; junto con la campaña “Doná Plasma” para alentar que pacientes recuperados donen este importante recurso.

Las movilizaciones en epicentros urbanos del 17 de agosto violaron disposiciones sanitarias de orden público, poniendo en jaque el derecho a la salud en pos de agitar un puñado de consignas que van desde la denuncia sin argumentos contra la reforma judicial, hasta el pedido de mano dura. Y como es de triste costumbre, los medios concentrados de la información hicieron su parte fundamental para que se salga sin miedo a la calle: pueblan las pantallas más vistas y las páginas más leídas con informaciones de dudosa veracidad que van desde la recomendación de químicos no aprobados por protocolos de salud, hasta un tratamiento despersonalizado y abstracto de la enfermedad, con muertos sin nombres ni rostros, que contribuye a construir una sensación de ajenidad con un problema que lejos se encuentra de estar controlado.

LA VACUNA

Junto con México, se producirán inicialmente entre 150 y 250 millones de dosis de la vacuna de la Universidad de Oxford, permitiendo la posibilidad de hacerse de la ansiada vacuna entre 6 y 12 meses antes de lo previsto, con lo que si los resultados de la fase III de experimentación en que se encuentra la vacuna son positivos, para el primer semestre de 2021 comenzaría a aplicarse.

LOS LOGROS DEL ASPO

Gracias al tiempo ganado a través del aislamiento, en las últimas semanas se inauguraron cinco hospitales modulares en Chaco, Córdoba, Santa Fe y Mar del Plata; y en la Provincia de Buenos Aires se inauguraron el Hospital General de Agudos René Favaloro en Isidro Casanova, La Matanza; el Hospital del Bicentenario en Ituzaingó; cinco centros de Atención Primaria de la Salud en Almirante Brown; una nueva UTI en el Hospital Interzonal General de Agudos de Gral. Rodríguez.

ACCESO PÚBLICO A LA INFORMACIÓN

En contraste a la manipulación de datos en CABA, el Ministerio de Salud de la Nación estableció el Tablero de Control Interactivo, a través del cual se puede realizar un seguimiento en tiempo real de los ingresos y egresos de pacientes en camas de terapia intensiva, cantidad de respiradores y otros recursos críticos disponibles en cada establecimiento.

PROVINCIA DE BUENOS AIRES

Comenzaron a implementarse los programas “Acompañar”, destinado a la asistencia de pacientes leves de Covid-19, y “SUMAR”, para equipar instituciones de salud privadas; junto con la campaña “Doná Plasma” para alentar que pacientes recuperados donen este importante recurso.