VIII CONGRESO DEL PCC

Por el Pueblo y para el Pueblo

Entre el 16 y el 19 de abril se celebrará el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, cuyo rol central será balancear los resultados de la implementación de los Lineamientos económico-sociales y el porvenir del modelo de desarrollo socialista de la isla.

 

 El Congreso del Partido, convocado en diciembre pasado y cuyos documentos de preparación fueron debatidos durante meses por todos sus órganos y militantes, además de organizaciones de masas e instituciones, entrará en sesión el próximo 16 de abril. Durante cuatro días, los delegados nacionales (elegidos por las bases), evaluarán y discutirán los asuntos centrales de la vida política, económica y social de la mayor de las Antillas. Sus conclusiones tendrán una importancia estratégica para el porvenir de la nación y la construcción del socialismo con vistas al año 2030.

El contexto en el que se realizará es sumamente complejo, caracterizado por la crisis mundial del Covid-19, pero también por el recrudecimiento del bloqueo por parte de la administración Trump (continuado hoy por la de Biden) y el incremento de la subversión político-ideológica (teniendo en cuenta el reciente acceso masivo de los cubanos a las redes sociales gracias al crecimiento de la empresa estatal ETECSA).

“Vamos a un Congreso a debatir y a proponer soluciones. Y esos análisis y esas propuestas tienen que estar en concordancia con lo que aspira el pueblo de los debates, porque vamos representando a la militancia, a nuestras organizaciones de base del Partido, pero, sobre todo, vamos representando al pueblo”, enfatizó el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, frente a un encuentro partidista.

La prioridad del Congreso en esta etapa será indudablemente la economía. Luego de la actualización en 2016 de los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución” en el VII Congreso (que abrieron las puertas a una actualización del modelo socialista cubano post período especial) la estrategia económica se encaminó a reforzar la planificación centralizada en las grandes y medianas empresas, en especial en los sectores estratégicos, y permitir una mayor presencia del cuentapropismo en los sectores más chicos. El objetivo es reforzar la productividad del sector estatal socialista, fomentar las exportaciones, sustituir importaciones (en especial en el sector agrícola) e incrementar la tasa de ahorro e inversión de las empresas. La última medida macro en base a los lineamientos fue la implementación del ordenamiento monetario a fines de 2020, en donde se consiguió unificar la moneda y modificar el tipo de cambio para favorecer al sector productivo socialista. Un Congreso exitoso generará un perfeccionamiento de los eslabones que hacen a este proceso de actualización, en donde la economía cubana podrá crecer a mayores tasas durante esta década.

El Congreso debatirá todas estas implementaciones y buscará corregir errores y deviaciones, siempre con vistas a mejorar todo el proceso productivo. En los debates se planteó que en muchas ocasiones ha primado el formalismo sin que se haya ahondado en las causas y en los responsables, de ahí la necesidad de involucrar más a la militancia y a los trabajadores a la hora de buscar soluciones y evaluar el accionar de los cuadros. Por eso también será de suma importancia en los debates mejorar la labor ideológica, la educación y la selección de los cuadros comunistas en todas las esferas.

El traspaso paulatino y ordenado de las nuevas generaciones a las estructuras de liderazgo del Partido, del Estado y de la economía en su conjunto (que ya se está realizando) será un tema central en las intervenciones.

Como dijo el camarada Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, durante la clausura del pasado Congreso: “El rumbo ya está trazado. Proseguiremos a paso firme, sin prisas, pero sin pausas, teniendo muy presente que el ritmo dependerá del consenso que seamos capaces de forjar al interior de nuestra sociedad y de la capacidad organizativa que alcancemos para introducir los cambios necesarios, sin precipitaciones ni mucho menos improvisaciones que solo nos conducirían al fracaso”. Palabras aún vigentes que demuestran la fortaleza de la Revolución socialista cubana, de su Partido Comunista y de la inmortal ciencia del marxismo-leninismo.