CON PRESOS POLÍTICOS NO HAY DEMOCRACIA

¡Libertad urgente a Milagro!

Si nos retrotraemos a enero del 2016, el macrismo llevaba un mes al frente del gobierno luego de ganar las elecciones en el 2015. Entre sus primeras medidas recordamos los masivos despidos de trabajadorxs del sector público, tarifazos, decretos y los primeros lineamientos de lo que sería después casi una política de estado: la persecución a los líderes de la oposición.

Una persecución que no podría haber sido tal sin la Justicia como brazo ejecutor. En este contexto se gestó la primera detención a una de las líderes de la organización Túpac Maru, Milagro Sala. Bajo la presunta incitación a la violencia y tumulto, por encabezar una protesta en la provincia de Jujuy, contra los cambios impuestos por el gobernador Gerardo Morales en el sistema y programa de cooperativas, se ordenó la detención de Milagro Sala y de otros dirigentes sociales, acusándolos de “desvíos del dinero público”. A partir de allí hubo un entramado de acusaciones consecutivas, un despliegue de causas judiciales, destinadas únicamente a sostener la privación de la libertad de Milagro de manera indefinida. Ya trascurrieron cinco años de detenciones preventivas sucesivas, sin que a la fecha tenga una condena firme en su contra.

La libertad de Milagro es levantada como bandera por todo el arco del campo nacional y popular, argentino y latinoamericano. Se creó el Comité por la Libertad de Milagro Sala, que genera acciones para visibilizar, no solo en nuestro país, sino en el resto de los países, la complicidad del poder judicial con el poder provincial, con el único objetivo de “disciplinar” a los opositores. La Corte Suprema confirmó la condena a Milagro Sala por el caso de supuestas amenazas a policías, algo que no tiene ningún efecto práctico ni jurídico, y donde en una primera instancia había resultado absuelta. La condenaron a dos años de prisión cuando lleva 5 de presa política. El presidente Alberto Fernández, previamente a esa ratificación, había manifestado que “la Corte está mal” y que “debería revisar con cuidado lo que ha pasado en el caso Milagro Sala, con cuidado y con atención”. Lo escucharon. Y contestaron en bloque. El fallo que confirma la condena a dos años de prisión domiciliaria contra Milagro lleva las firmas de Carlos Rosenkrantz, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti, todos los integrantes de la Corte, sin disidencias, y a pleno para demoler los deseos presidenciales de una autodepuración. En una reactualización del lawfare, se trata de un mensaje directo del Palacio de Tribunales a la Casa Rosada. El fallo no tiene ningún efecto real. Milagro cumplió 5 años de presa política el pasado 16 de enero, más del doble de esta condena. Sumado a que el domingo 27 tampoco le permitieron ejercer su derecho a voto en las elecciones provinciales de Jujuy.

Está claro que más allá de los vericuetos y tecnicismos legales, lo que se evidenció de forma descarnada en la era macrista, es la funcionalidad de la justicia ante los gobiernos neoliberales, estrategia que les funcionó en buena parte de Latinoamérica. Seguimos reclamado por una urgente reforma judicial, que deje atrás la persecución, y que pueda dar respuesta a lxs ciudadanxs a pie, que tan alejados se encuentran del acceso real a la “justicia”. Seguiremos batallando por los cambios necesarios, y por la pronta libertad de Milagro Sala.

En enero de este año se cumplieron 5 años de la primera detención de Milagro Sala. A la fecha continúa privada de su libertad, sin condena firme, en un proceso judicial lleno de irregularidades.

Seguimos reclamado por una urgente reforma judicial, que deje atrás la persecución, y que pueda dar respuesta a lxs ciudadanxs de pie, que tan alejados se encuentran del acceso real a la “justicia”.