ELECCIONES LEGISLATIVAS

Por otra campaña, de cara al pueblo

En el 2015 asistimos al triunfo electoral del macrismo. Se iniciaba en nuestro país un período de 4 años de gobierno neoliberal; con Macri a la cabeza y sus socios del capital financiero trasnacional, se abría una nueva etapa en la Argentina. Ajuste, desempleo, caída del salario, fueron algunas de las medidas que afectaron a los sectores populares y trabajadorxs. En ese contexto de resistencia por parte del campo nacional y popular, Cristina Kirchner anunciaba la fórmula que llevaría al triunfo del Frente de Todxs a las elecciones presidenciales del 2019. Ya en ese momento, afirmábamos que era un frente heterogéneo, pero con la certeza de que lo principal era poner un freno al neoliberalismo. 

A los tres meses de asumir, el gobierno tuvo que afrontar la batalla contra la pandemia del COVID 19. Las respuestas fueron inmediatas; un paquete de medidas económicas y sociales, un fuerte refuerzo al sistema de salud después de los recortes del macrismo, el mantenimiento del aislamiento como forma de cuidado, culminando con las negociaciones con los diferentes laboratorios para comenzar con la campaña de vacunación más importante de la historia. En este marco, la oposición fue generando diferentes caballitos de batallas, desde la resistencia al aislamiento, las críticas a las vacunas según su origen, etc. Pero mientras que desde el FdT se intentaba dar respuestas discursivas frente a los ataques de la derecha, los sectores populares y trabajadorxs libraban otra batalla: como llegar a fin de mes. La suba contante de alimentos, el proceso inflacionario, el desfasaje en los salarios, y los efectos propios de la pandemia en los sectores informales, tuvieron consecuencias inmediatas para vastos sectores de la población. 

En este escenario se llevaron adelante las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias), con resultados que no eran los esperados, en particular en la provincia de Buenos Aires. El Frente de Todxs con 33,6% votos frente al 38% que tuvo la alianza Juntos, sumando sus internas (que dejaron entrever las diferencias y pujas dentro del armado del Pro/Juntos). Desde los medios de comunicación hegemónicos vienen haciéndose eco de los resultados de las fuerzas políticas trotskistas y de la reciente aparición de Milei como actor mediático mal entonado, ponderando en que son quienes mejor canalizaron el “descontento de la población” y el voto joven. Es claro que ambas expresiones, con distintos tintes y discursos, son funcionales a un esquema del poder real, los cuales ponen a jugar estos armados para fragmentar parte de los votos que desde el FdT se pueden disputar. Algunos voceros intentan instalar que la sociedad giró a la derecha, dado el caudal de votos de algunos sectores que representan esos intereses; pero no se confundan, nuestro país tiene una larga trayectoria en la defensa de los derechos humanos y de la democracia.

De acá a noviembre los desafíos son enormes, primero ir en busca de lxs millones de argentinxs que en las PASO no se presentaron a votar, solo los hizo el 66, 21% del padrón, siendo el porcentaje más bajo desde que se implementaron las PASO. Al mismo tiempo, debemos profundizar con cada vecinx respecto a lo que está en juego en estas elecciones, los dos proyectos de país. 

Desde el FdT se deben impulsar medidas que ataquen los intereses de una minoría privilegiada y pongan sobre la mesa la generación de políticas redistributivas, avanzando en un proyecto nacional, popular y democrático en nuestro país. Debemos redoblar los esfuerzos, tenemos la militancia, las convicciones y la experiencia, es importante no caer en falsas derrotismos. Los comunistas estaremos como siempre batallando para profundizar el rumbo.