PERÚ

Castillo frente a la amenaza autoritaria

Las iniciativas opositoras de destitución impulsadas en el Congreso peruano complican a Castillo, que lleva menos de 100 días como presidente.
La ofensiva de la derecha peruana nunca dio tregua al gobierno, arrinconó su gabinete y forzó una primera crisis con Perú Libre. La ofensiva mediática y el corifeo del establishment repiten un único mensaje: la incapacidad moral permanente del presidente, justamente la figura legal por la cual el Congreso puede declarar la vacancia del ejecutivo.
El Gobierno de Pedro Castillo presentó en el Congreso un proyecto que tenía como intención limitar la posibilidad de destitución del presidente. El Gobierno buscaba que solo sea posible en el caso de probada incapacidad mental o física y que la censura al gabinete procediera por temas vinculados a sus funciones. Pero unas horas más tarde, el arco opositor no solo no incluyó el tema, sino que profundizó las diferencias al aprobar una nueva ley que limita el poder del presidente de presentar una “cuestión de confianza”. Ante esta situación el Gobierno tuvo que acudir al Tribunal Constitucional por razones políticas y legales.
La cuestión de confianza es el arma del Ejecutivo para limitar al Legislativo, mientras que el Parlamento tiene otras armas como la vacancia, negar el derecho de confianza o interpelar ministros. La decisión de una mayoría opositora en el Congreso acorrala a Castillo para impedirle disolver el Congreso. Así los congresistas que buscan su caída no correrán el riesgo de perder sus escaños al hacerlo, ya que no se deberá llamar a una nueva elección para cubrirlos. La llamada ley de vacancia, que regula el procedimiento para destituir al presidente, es lo que ha facilitado la inestabilidad política en los últimos años en Perú. No obstante, la división de Perú Libre Castillo podría tener los votos suficientes para aprobar el nuevo Gabinete, que a su vez puede ayudar a oxigenar su gestión y acercar acuerdos más amplios en el Parlamento. Con todo, el pedido de destitución se puede volver a activar por la oposición conservadora y es esgrimido por la prensa ante cada anuncio, como frente al tema de la nacionalización del gas.
Sin embargo, y a pesar de estas dificultades, el maestro rural viene alcanzando importantes logros y fijando una agenda progresista con medidas estructurales que representan un verdadero quiebre de las políticas neoliberales de los últimos 40 años en Perú. El impulso que le dio a la vacunación contra el Covid, habiendo logrado vacunar a más del 50% de la población y evitando hasta el momento la tercera ola. La entrega del bono Yanapay a 13.5 millones de peruanos, que consiste en un apoyo económico individual para quienes se encuentran en situación de pobreza, pobreza extrema o que son usuarios de los programas sociales con el objetivo de reactivar su economía debido a la crisis por el coronavirus. Por otro lado, la presentación de la propuesta legislativa de una reforma tributaria en la que se eliminen los privilegios y exoneraciones a las grandes empresas, y se mejore la recaudación de las empresas extractivas; el inicio de un proceso de nacionalización del gas, renegociando los contratos lesivos a la soberanía y la implementación de un plan nacional para la masificación del gas natural. El proyecto de llevar a delante la Segunda reforma agraria en beneficio del campesinado, en especial de la agricultura familiar que abarca al 88% de los productores agrarios y finalmente el cambio de constitución a través de una Asamblea Constituyente.
Parado sobre el apoyo y la movilización popular de los sectores que lo llevaron al gobierno y avanzando sobre este plan es como el gobierno de Castillo podrá triunfar sobre la amenaza irrefrenable de una derecha que ha hecho del Estado una pasarela de sus privilegios y prebendas.