Entre el festival y la lapicera

A pesar de la administración macroeconómica que existe en la actualidad, el comercio exterior de nuestro país sigue siendo un colador como consecuencia de la falta de organismos de control del Estado y de empresas públicas testigo que obliguen a cumplir las normas básicas de la economía y la competencia. Mientras que entran bienes de lujo (innecesarios en la mayoría de los casos), salen miles de millones de dólares generados en el país que después no vuelven a ingresar jamás. Del festival de subfacturación, contrabando y estafa al fisco por parte de los monopolios exportadores, pasamos al festival de importaciones, la otra cara de la misma moneda. Como bien planteó CFK, en Argentina 600 empresas explican cerca del 75% de todas las importaciones, mientras que el otro 25% lo explican unas 24.000 empresas. Con un Estado bobo, lo que cuenta es un presidente dispuesto a utilizar el poder que le fue legado.

Hoy en día, el Estado no solo es incapaz de controlar las importaciones -al no tener una empresa que lo pueda hacer- sino que los organismos de control existentes, como el Banco Central, el Ministerio de la Producción, AFIP y la Aduana, son incapaces de coordinar una respuesta conjunta como consecuencia del “secreto fiscal” y demás artilugios burgueses. Mientras el gobierno nacional no intente reconstruir los mecanismos de control destruidos por el macrismo, tendremos que lidiar con un vacío de poder en este sector. Por ejemplo, entre enero de 2021 y marzo de 2022 salieron del país 1.847 millones de dólares de importaciones innecesarias autorizadas por jueces y fiscales en base a amparos del sector privado parasitario y monopólico. Existen más de 6.500 expedientes judiciales con amparos que, en la mayoría de los casos, son aprobados por un juez de turno. En mayo de 2022, apenas un solo mes, las importaciones fueron de 7.870 millones de dólares (un 53,1% más que en mayo de 2021). Y si tomamos el acumulado de los primeros cinco meses del presente año, las importaciones son casi un 45% superiores: 32.722 millones de dólares. Los que quieren justificar estos incrementos dirán que se debe al aumento de los precios de lo que importamos y al crecimiento del PIB del año pasado, que fue superior al 10%. Eso sí podría explicar el superávit comercial que tenemos desde el comienzo de este gobierno: más de 30 mil millones de dólares, pero no la pérdida de reservas del Banco Central que decrecieron en el mismo lapso unos 3 mil millones y medio de dólares ¿Cómo se explica esto? Por la falta de control estatal en el comercio exterior y todas las ilegalidades que seguirán pasando desapercibidas mientras tengamos un Estado estúpido, como bien dijo CFK.