GASODUCTO NÉSTOR KIRCHNER

Un aporte a la soberanía energética 

Como vimos en ediciones anteriores, el Gasoducto Néstor Kirchner viene a reparar otra decisión entreguista del macrismo, quien en 2017 decidió no comenzar las obras que balancearán la capacidad de producción y transporte en materia de gas y petróleo. Tras la salida de Matías Kulfas y semanas después de Martín Guzmán, la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, junto al Secretario de Energía Darío Martínez y el Subsecretario Federico Basualdo, presentaron las dos instancias y pasos a seguir para la construcción.

La titular del Palacio de Hacienda destacó también que esta obra “es fundamental para los próximos 30 años de la Argentina” porque genera “matriz productiva más diversa, más compleja” y “puestos de trabajo, así como también crecimiento económico”. 

Las cinco empresas que presentaron sus ofertas para iniciar el proyecto en su Etapa I fueron BTU, TECHINT-SACDE, ESUCO, TGS Y CONTRERAS HERMANOS-VÍCTOR CONTRERAS. En todas ellas, se podrá garantizar seguridad energética y radicación de empresas, abastecer con gas a todas las provincias, sustituir importaciones y ahorrar divisas. 

La construcción de esta primera etapa permitirá transportar más de 22 millones de metros cúbicos de gas natural por día al Área Metropolitana de Buenos Aires y sumará una extensión de 558 kilómetros. Además, el gobierno nacional estima que en el invierno de 2023, finalizando el total de las etapas, agregarán 467 kilómetros de extensión, lo cual permitirá llegar con gas natural a San Jerónimo (sur de la provincia de Santa Fe), sumando así otros 17 millones de m3/día. De esta manera se podrá abastecer a los ejes urbanos del centro y norte del país. También, abrirá la oportunidad de exportar los excedentes a Brasil y Chile. En importaciones, Argentina ahorrará 1465 millones de dólares anuales.

Si bien Agustín Gerez, el titular de Enarsa, remarcó que “el cronograma de trabajo es muy ajustado” y representa “un desafío”, también resaltó que la construcción de este gasoducto es una estrategia y decisión del gobierno de Alberto Fernández y CFK. Sin dudas este proyecto no sólo aporta un peso primordial a la soberanía energética nacional, sino que además promete resolver un problema como lo es el suministro de gasoil.