XXVI ENCUENTRO DEL FORO DE SAO PAULO
La lucha siempre continúa
No es un elemento menor el lugar elegido para su funcionamiento, habida cuenta de que durante los últimos cuatro años Brasil fue el laboratorio del fascismo neoliberal encarnado en el gobierno de Jair Bolsonaro, cuyas hordas intentaron el pasado 8 enero, con Lula ya en el gobierno, imponer un golpe de Estado. Por esto mismo, el Encuentro tuvo una destacada trascendencia política y simbólica.
La apertura del XXVI FSP estuvo a cargo del mismísimo Lula, quién rindió un sentido homenaje a Marco Aurélio García, leal colaborador del actual presidente en temas internacionales, fallecido durante la pandemia. En su intervención (acompañado por Gleisi Hoffmann y Luciana Santos, presidentas del PT y del PCdoB respectivamente) Lula exhortó a hacer un balance del camino recorrido durante los últimos 15 años, corregir lo que haya que corregir, y ser capaces de promover avances reales y concretos en el proceso de integración regional en el contexto de un mundo que marcha a la multipolaridad. Se refirió a las dificultades que atraviesa el Brasil luego de la tragedia bolsonarista, quien todavía tiene injerencia en cuestiones económicas decisivas, a través del Banco Central por ejemplo (cuyo presidente tiene mandato hasta 2024) con una política de tasas de interés absolutamente regresiva. Respecto a su presencia en la apertura del Encuentro, Lula dejó en claro lo siguiente: “Me acusan de ser comunista por estar aquí presente. La verdad es que no me ofenden. Les digo más: siento orgullo de que me digan comunista”.
En unos de los numerosos paneles que constituyeron el evento, la vice-jefa de la Casa Civil (Gabinete) y el Secretario General de la Presidencia del gobierno del PT, realizaron un detallado informe sobre los 6 primeros meses de gestión gubernamental. Se han desplegado por lo menos 45 políticas que buscan revertir rápidamente el dramático estado de cosas. Aumento del salario mínimo; nuevo plan bolsa familia; plan de obra pública (Manos a la obra); la finalización de 82.000 viviendas que quedaron por terminar y la construcción de 2 millones más hacia fines de 2026; la contratación de 15.000 médicos; farmacia popular para 55 millones de brasileños y brasileñas; la refinanciación de deudas para 70 millones de personas; menos deforestación (un verdadero latrocinio durante el gobierno bolsonarista), y podríamos seguir. Es importante no soslayar estos avances, menos aún el rol protagónico que recuperó Brasil en las discusiones geopolíticas a partir de la autoridad que inviste al presidente obrero.
Delegaciones de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Colombia, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador, El Salvador, México, Guatemala, entre otras, además de la representación del Partido Comunista de China, el Partido Comunista de Vietnam, de la Federación Rusa, de África, Medio Oriente y Europa, permitieron completar un análisis más ajustado del mundo actual y de las peculiaridades que enfrentan países y gobiernos plantados contra las posiciones hegemónicas y fascistas del imperialismo norteamericano. En representación de nuestro Partido participó el compañero Ezequiel D’Adamo, lo que nos permitió compartir las consideraciones del PCCE sobre la situación nacional en un año decisivo para la Argentina.
“En este XXVI Encuentro del FSP, tenemos la histórica responsabilidad de aprovechar esta segunda oportunidad de tener en América Latina y el Caribe una mayoría de gobiernos integrados por fuerzas políticas y movimientos sociales progresistas. Superemos las diferencias, construyamos la más amplia unidad en la diversidad de los partidos, los movimientos sociales, populares y la intelectualidad progresista y de izquierda al interior de cada organización, país y del continente. ¡Seguiremos juntos por la integración regional para avanzar en la soberanía latinoamericana y caribeña!.” Así concluye la Declaración Final del principal evento político de los revolucionarios y revolucionarias de nuestro continente.