EL 13 DE AGOSTO

Los comunistas votamos a Unión por la Patria

En los próximos días comienza a definirse una elección decisiva que, como es de prever, constará de tres tiempos. Las PASO comenzarán a pintar un panorama más claro respecto a cómo estamos parados, además de generar una corriente de expectativas hacia las generales de octubre y, muy posiblemente, al balotaje. Lo determinante no es tanto la suma de los votos de las diferentes alianzas, sino cuáles son los candidatos más votados de la jornada. Es por esto que debemos garantizar que la fórmula Sergio Massa – Agustín Rossi sea la que despunte con la mayor cantidad de sufragios el próximo 13 de agosto, asegurando un piso que nos permita avanzar en mejores condiciones. No hay otras opciones a considerar en el marco de Unión por la Patria, entre otras cosas porque el votante de Juan Grabois puede migrar hacia otras alternativas en octubre. Un paréntesis respecto a esto: recomendamos el reciente análisis del compañero Amado Boudou, quien se ocupó de desglosar las principales propuestas del “referente de la economía popular”, más cercanas a los postulados del Consenso de Washington que a lo enarbolado por Néstor y Cristina durante décadas de militancia política.

Las próximas semanas reflejarán una creciente tensión política, económica y social, azuzadas por los sectores oligárquicos y transnacionales dependientes del imperialismo norteamericano. Se verificó estos días a partir del acuerdo alcanzado con el FMI respecto a los próximos desembolsos que tiene que hacer el organismo, y que hará (vale aclararlo) después de las PASO. Lo cierto es que sobrevino una fuerte corrida cambiaria y de precios con el único propósito de generar desestabilización y descontento social en la previa de la elección. Nos hacemos la siguiente pregunta, a estas alturas un tanto banal. Si Massa es el candidato de la embajada, como simplifican algunas expresiones testimoniales, ¿porqué los yanquis procuran (a través de las exigencias del FMI) construir un contexto de caos y zozobra que golpee las posibilidades electorales del actual ministro de Economía? Las necesidades de reproducción del capitalismo contemporáneo, es decir el neoliberalismo, chocan objetivamente contra aquellos proyectos que, aunque sea tímidamente, preservan los intereses nacionales e impulsan medidas en términos de desarrollo productivo, aún cuando éstas no contengan a priori un objetivo redistributivo. Es más, la Constitución actual de nuestro país y la vigencia de las libertades públicas y democráticas constituyen un obstáculo para los intereses del imperialismo en la actual etapa histórica. No hay que confundirse entonces: las ideas de los yanquis están representadas por Larreta, por Bullrich y Milei, quienes sin sonrojarse prometen blindaje, ajuste y represión, e incluso por el nihilismo del trotskismo.

Nuestro Partido comenzó a fundamentar la necesidad de una unidad amplia contra el neoliberalismo en los años ‘90, orientados por el pensamiento del compañero Fidel. Esto conlleva contradicciones, disputas y tensiones, pero sin perder de vista cuál es el enemigo común que tenemos que enfrentar, lo que a su vez determina la política de alianzas. En algunas situaciones pueden estar encabezadas por compañeros o compañeras que nos representen, y en otras no, lo que nos exige trabajar más para construir una correlación de fuerzas favorable para los intereses de las mayorías. Lo único cierto en las actuales circunstancias es que si la fórmula Massa-Rossi logra imponerse en las próximas elecciones, tendremos la posibilidad de conquistar avances y reivindicaciones en un sentido nacional y popular, siempre a través de la lucha y la presencia organizada en las calles, como se reflejó días atrás en la disputa de los trabajadores metalúrgicos con Techint. De no ser así, solo nos queda resistir una brutal avanzada de la derecha, hoy dispuesta a imponer sus políticas mediante el fascismo.