LO QUE ESTÁ EN JUEGO

Más que nunca, dos proyectos de país

Desde la asunción de Néstor Kirchner allá por el año 2003, nuestro país logró romper con el bipartidismo neoliberal y a partir de entonces la disputa es entre dos proyectos de país: uno que retoma las banderas de la industrialización soberana, la defensa de lo público, el desendeudamiento y la redistribución del ingreso; contra otro modelo privatista, endeudador serial, represor y pro imperialista. Con la derrota del macrismo en el 2019, el Frente de Todos tuvo que hacerse cargo de un país devastado y endeudado. Y si bien, como consecuencia de la tibieza y falta de visión de un sector del Frente -liderado por Alberto Fernández-, el accionar de gobierno dejó mucho que desear, la realidad es que el país creció durante estos últimos cuatro años; además se retomaron ciertas estrategias económicas y cambiarias que evitaron una profundización de la crisis social y económica que había dejado la plaga macrista. El problema central de nuestro gobierno fue que no se distribuyó la riqueza como se debería haber hecho bajo un gobierno popular. Eso fue lo que generó cierta apatía entre sectores amplios de la población y hoy nos encontramos ante un escenario electoral complejo en donde el modelo neoliberal (en sus tres variantes: Larreta, Bullrich y Milei) tiene chances de volver a aplicarse en nuestro país. La diferencia del 2015 es que hoy hablan y proponen sin tapujos lo que quieren hacer: ajustar, devaluar, reprimir, privatizar, desfinanciar al sector público, tomar más deuda y alinearse con el imperialismo. 

Sin ir más lejos, estos tres candidatos sostienen que de ganar, levantarán el “cepo”, es decir, los controles cambiarios que existen en la actualidad y que funcionan para evitar una devaluación extrema. Quieren volver a repetir el desastre de Macri, con la diferencia de que ahora estamos atados a una deuda externa impagable. Levantar los controles en este escenario generaría una corrida por parte de un puñado de grandes monopolios y multimillonarios que harían desaparecer los pocos dólares que tiene el Banco Central. Como consecuencia, una brusca devaluación sería inevitable y, junto con ella, una escalada inflacionaria que podría llegar a niveles de una híper. Un ejemplo de miopía extrema nos demostró la candidata Patricia Bullrich, que ante la pregunta de un periodista sobre cómo evitaría un escenario catastrófico al sacar el “cepo”, respondió sin tapujos que haría un “blindaje” tomando nueva deuda con el FMI. Es exactamente lo que hizo en el 2000 el gobierno de De la Rúa (del que ella fue parte) y que terminó en la peor crisis económica de nuestra historia con el presidente escapando en helicóptero poco tiempo después. Así y todo, el Fondo no le prestaría más dólares de los que ya desembolsó.

Además de la distribución de la riqueza, este es el problema principal que tenemos hoy como país: la cuestión de la deuda externa y la falta de divisas para hacerle frente. Las negociaciones del ministro de economía Sergio Massa respecto a esta cuestión son clave para entender el camino que tenemos que profundizar como Unión por la Patria. Con el viaje del ministro a la República Popular China hoy podemos decir que se rompió la premisa de que el FMI es el prestamista de última instancia. Hoy podemos utilizar el Yuan para negociar con mayor firmeza y romper con la condicionalidad de no poder intervenir en el mercado cambiario. Se está construyendo un puente para que un próximo gobierno de la UP pueda sacarnos de encima al FMI. Esto es justamente lo que busca destruir la derecha para continuar atrapados en las recetas neoliberales del Fondo. Acá vemos también cómo se perfilan los dos modelos de país en la cuestión geopolítica, en donde, mientras desde la UP se apuesta por la multipolaridad y por un pragmatismo soberano en política internacional, los neoliberales apuestan para volver a ser el patio trasero de los Estados Unidos.

A pocos días de las elecciones primarias, tenemos que dar la batalla de ideas en la calle, movilizados más que nunca, para que nuestro pueblo comprenda lo que está en juego, que son estos dos proyectos de país. Hay que salir a votar masivamente por la candidatura única del kirchnerismo en Unión por la Patria para evitar un retroceso colosal. Y esta vez no solo un retroceso al neoliberalismo económico, sino también al fascismo como lo entendemos nosotros los comunistas: como la violencia terrorista de las clases dominantes pro imperialistas contra la clase trabajadora. Además, de conseguir la victoria de UP, las condiciones de lucha por avanzar en favor de los intereses de las mayorías serán menos problemáticas que teniendo a un represor marioneta del FMI en la Casa Rosada. En todo caso, ante cualquier escenario, sea adverso o no, los comunistas seguiremos profundizando nuestro vínculo político con las masas, organizándonos en todo ámbito en donde nos encontremos, sean barrios, instituciones o empresas, para continuar construyendo la fuerza política frentista que nos lleve a un gobierno de liberación nacional y social rumbo al socialismo.

 

NEOLIBERALISMO FASCISTA

  • REPRESIÓN. Las propuestas económicas de los tres candidatos neoliberales no pueden cerrar sin represión. La provincia de Jujuy, gobernada por Gerardo Morales, candidato a vice de Larreta, fue un ensayo de lo que podría suceder a nivel nacional. En solo unos pocos días de manifestaciones legítimas se detuvieron a cientos de manifestantes y hubo decenas de heridos. A nivel país estaríamos ante una espiral de violencia que nos recuerda a las peores épocas de nuestra nación.
  • AJUSTE Y PRIVATIZACIÓN. Constantes son las amenazas de todo el arco opositor contra nuestras empresas estatales, especialmente con las dos más importantes, que son YPF y Aerolíneas Argentinas. Quieren volver a replicar el modelo fallido menemista de las privatizadas. Lo que buscan es entregar nuestros recursos naturales (particularmente el petróleo, el gas, y hoy también el litio) a los grandes monopolios imperialistas.
  • DEVALUACIÓN Y DEUDA. Los tres candidatos de la derecha sostienen que de ganar, levantarán el “cepo”, es decir, los controles cambiarios que hoy están evitando una devaluación extrema. Un ejemplo excesivo de miopía nos demostró la candidata Patricia Bullrich, que afirmó sin tapujos que haría un “blindaje” tomando nueva deuda con el FMI. Es lo que hizo el gobierno de De la Rúa (del que ella fue parte) y terminó en la peor crisis económica en décadas y con el presidente escapando en helicóptero.
  • DEPENDENCIA. Mientras desde la UP se apuesta por la multipolaridad y por un pragmatismo soberano en política internacional, los neoliberales apuestan por volver a ser el patio trasero de los Estados Unidos. Lo demuestran cuando critican toda iniciativa de acercamiento a la República Popular China (recientemente la utilización de los “swaps”) hasta cuando alaban y prometen aplicar a rajatabla todas las recetas que el FMI ofrece: es decir, los dictados de los yanquis.

UNION POR LA PATRIA

  • INDUSTRIALIZACIÓN. Mientras que la industria durante el macrismo cayó un 13%, en los últimos cuatro años (con pandemia de por medio) creció un 23%. Esto fue porque nos negamos a aplicar las recetas de ajuste del fondo y apostamos por continuar financiando la tasa de inversión con pesos, principalmente en sectores clave como la logística y la energía (gasoducto, vaca muerta con YPF, hidroeléctricas, etc).
  • DEFENSA DEL SECTOR PÚBLICO. En los 12 años de kirchnerismo se recuperaron muchas empresas mediante estatizaciones y la inversión pública en salud, educación y seguridad social creció exponencialmente. Si bien en los últimos cuatro años los avances en este sentido fueron magros, la realidad es que no se retrocedió. Lo que sí tenemos en claro es que la oposición está dispuesta a desfinanciar al sector público y rematar nuestras empresas estatales.
  • ADMINISTRACIÓN CAMBIARIA. Hasta no tener resuelto el problema de la deuda y la restricción externa, nuestro país necesita de forma obligatoria una política cambiaria pragmática que permita planificar los flujos de divisas. Es lo que viene haciendo el actual gobierno para evitar corridas devaluatorias y una posible hiperinflación. Lo que propone la derecha: salida del “cepo” y unificación cambiaria inmediata, dejaría al país al borde de un escenario catastrófico.
  • MULTIPOLARIDAD. Con el viaje de Sergio Massa a la República Popular China, podemos decir que se rompió con la premisa de que el FMI es el prestamista de última instancia. Hoy podemos utilizar el Yuan para negociar con mayor firmeza y romper con la condicionalidad de no poder intervenir en el mercado cambiario. Es con el mundo multipolar que se está construyendo un puente para que un próximo gobierno de la UP pueda sacarnos de encima al FMI.