Un acto de soberanía

GASODUCTO NÉSTOR KIRCHNER

La energía de la Argentina actualmente depende en un 60 por ciento del gas. Como todo en materia energética, no se puede producir lo que no se va a transportar y consumir inmediatamente; y por eso el sistema se encontraba en un llamado cuello de botella debido a la limitada capacidad de transporte, tanto que a pesar de las enormes reservas, se importa gas.

De ahí la importancia del recientemente inaugurado Gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá en lo inmediato el transporte de gas en 11 millones de metros cúbicos diarios. Comenzó un camino que conduce de mayor transporte a mayor producción y exportación. En números anteriores de Nuestra Palabra, hacíamos mención de cómo las reservas de dólares se desangran con la importación de GNL, gas licuado que llega en barcos metaneros para ser “regasificado” en puertos para su transporte y consumo local; gas que termina también en las centrales térmicas que generan energía eléctrica, que también suelen utilizar combustibles líquidos.

EL PRECIO DEL GAS IMPORTADO Y SU SUSTITUCIÓN

A partir de la Guerra en Ucrania, el GNL llegó a superar los 30 dólares el millón de BTU (unidad de medida por capacidad calórica del producto), mientras que el precio al productor de gas en Vaca Muerta estaba a 3,50 dólares. El precio promedio que debió pagar Argentina este año por su importación fue de 17,80 dólares por millón de BTU. Esa enorme diferencia es la que se espera ver reflejada cuando se deje de importar, y finalizado los tres tramos, se comience a exportar.

El Gasoducto permitirá sustituir importaciones de forma progresiva, a medida que se incremente la capacidad de transporte en las siguientes etapas. Y si bien el ahorro de divisas depende del escenario internacional de precios, de acuerdo con las estimaciones realizadas, el ahorro anual ascenderá a casi 4.300 millones de dólares. De esta manera, podrán reducirse las importaciones totales del país en un 7,1%. En menos de un año se recuperará el monto invertido en la obra. Además, con la próxima etapa prevista para el gasoducto podrán incrementarse las exportaciones de gas natural sobrantes durante los meses de verano. Una obra monumental, catalogada con justicia como hito histórico. 

A su vez, el ahorro repercute en la vida diaria de todos los argentinos, en Cammesa para las centrales térmicas, en las distribuidoras de gas para uso residencial y en la gran industria.

El monto total de lo invertido equivale al 1,9 por ciento del presupuesto de la Administración Pública Nacional del año 2022 y al 0,4 por ciento del PBI del mismo año.

LO INVERTIDO ES MULTIPLICADOR EN LA ECONOMÍA

Una obra de las características del Gasoducto Néstor Kirchner tiene un efecto multiplicador muy potente sobre la inversión y el consumo. Por un lado, tracciona una multiplicidad de actividades productivas que abastecen insumos; por el otro, genera empleo calificado en numerosas localidades del país que impulsan el consumo de los hogares. La inversión de unos $310 mil millones de pesos (US$2.524 millones), una suma que se incrementará en la economía a unos $540 mil millones (valuados a junio 2022). Es decir, por cada $1 invertido en la construcción del gasoducto y las obras complementarias, se generarían $0,74 adicionales en el resto de la economía (1,74 en total). Los sectores más beneficiados son la industria manufacturera, la construcción, la explotación de minas y canteras y el comercio.