¿A QUIÉNES SIRVE LA LEY DE BASES?

El empleado del mes

En el número anterior de Nuestra Palabra advertíamos sobre una crisis política, económica y social en ciernes, a sólo seis meses de asumido el nuevo gobierno neoliberal fascista de LLA. Debemos incorporar ahora el sismo financiero y cambiario, en particular desde la aprobación de la nociva Ley de Bases. El gobierno creyó tener su minuto de gloria con la victoria legislativa, pero los factores de poder (ya garantizado el saqueo con el RIGI) empiezan a patearle el banquito al presidente. Fue llamativa la puesta en escena triunfal de Victoria Villarruel cuando tuvo que desempatar en el Senado, así como el desmarque de Mauricio Macri respecto a la gestión Milei desde el documento crítico de la Fundación Pensar. El enemigo cuenta con plan a, b y c. 

Los sectores agroexportadores retienen 800 millones de dólares, el FMI no habilita nuevos desembolsos, no hay dólares (ni acumulación de reservas) y los compromisos de deuda, en particular para 2025, son impagables. El “mercado” venía apretando por una devaluación del tipo de cambio oficial, presión que se agudizó luego de la conferencia de prensa de Caputo y Bausili, donde esperaban anuncios que no se hicieron, y los que se hicieron (canje de títulos para los bancos) fueron rechazados: eximen de deudas en pesos al Banco Central y las transfieren al Tesoro, ajustadísimo. ¿Cómo lo afrontarían? Con más ajuste. El salto en los dólares paralelos va a impactar en los precios, profundizando los quebrantos de millones de argentinos. Si este gobierno se sostiene, es precisamente por la cobertura de los sectores dominantes nacionales y transnacionales, y por la ausencia (por ahora) de una alternativa política con base social.

Las transferencias de la Nación a las Provincias por Coparticipación derivada de la recaudación por IVA en junio arrojó una caída real del 20,6 por ciento interanual. Esto se explica por el desplome del consumo interno, ante la pérdida del poder adquisitivo de los hogares. Desde comienzos de año faltan un 17,5 por ciento de platos con carne vacuna, un 14,5 por ciento de lácteos y un 45 por ciento de panificados. El expendio que se hace a través de los supermercados y autoservicios acumuló, en el mismo lapso, una reducción del 8% interanual. La parálisis de la obra pública significó en la construcción el cierre de casi 2000 empresas empleadoras directas en mayo respecto a igual mes del año pasado. El número de empleadores en actividad en el sector registró una baja del 10,6 por ciento interanual, ubicándose en niveles similares a los de hace 17 años, informó el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC) de la Cámara Argentina de la Construcción. 

Los despidos en el sector público no cesan (5000 fueron durante la primera semana de julio). En el sector industrial, además de la construcción, metalúrgicos y mecánicos experimentan un retroceso histórico. Ante la magnitud de la ofensiva del imperialismo y sus cómplices locales, urge la necesidad de construir una perspectiva política que permita organizar e impulsar el descontento creciente en torno de un objetivo concreto: la salida de este infierno neoliberal. Entre tanto oportunismo, agachadas y ambivalencias, sobresale por su firmeza y coherencia la figura del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. También por su gestión al frente del distrito más poblado del país. Una de sus últimas medidas tiene un contenido solidario de gran significado: ante la deserción del gobierno nacional, la Provincia ampliará la cobertura de medicamentos de pacientes oncológicos para la población bonaerense.

Axel Kicillof puede ser un punto de acumulación de diferentes sectores del campo nacional y popular dispuestos a confrontar con el neoliberalismo: del peronismo, del kirchnerismo en general y de fuerzas que por izquierda venimos haciendo nuestro aporte en el camino soberano que inauguraron hace más de 20 años Néstor y Cristina.