CAUSA LATINOAMERICANA
¡Mar para Bolivia!
Por Rodolfo G. Módena
El pasado 1º de octubre, la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, Holanda, rechazó el reclamo de Bolivia sobre la obligación de Chile de negociar la salida al mar boliviana, perdida a manos chilenas en la Guerra del Pacífico (1879/1883).
Aquella guerra que enfrentó a Chile contra Bolivia y Perú, fue una de las tantas obras nefastas de la diplomacia del “divide y reinarás” del Imperio Británico y sus intereses sobre nuestra Patria Grande Latinoamericana.
Aquella guerra, como enseñó Carlos Marx y recordara Lenin, tuvo sus intereses ocultos tras los mantos de supuestos nacionalismos que encubrían los verdaderos intereses de los dueños del poder real de ese tiempo: Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta (Nitrates and Railway Company of Antofagasta), lo que es decir, capitales ingleses asociados a oligarcas chilenos. Esta empresa tenía acordada la explotación del salitre y el guano en territorio boliviano. Pero un cierto día (1878), Bolivia resolvió cobrarle un impuesto que los ingleses y oligarcas chilenos rechazaron. Ante la negativa, Bolivia expropió la empresa y el gobierno de Chile de entonces, por mandato británico, le declaró la guerra.
El resultado de aquella guerra fue la anexión de vastos territorios bolivianos y peruanos por parte de Chile. Entre ellos, 400 kilómetros de costa boliviana sobre el Océano Pacífico.
Hubo un tratado de 1904, donde las partes reconocieron el statu quo resultado de aquella contienda. En eso se basa la defensa de Chile, y a eso hizo caso la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Sin embargo, Bolivia reclama que, durante muchos años, siguieron habiendo discusiones y negociaciones sobre su derecho a la salida al mar, y que la discusión no termina con el tratado de 1904.
De hecho, en 2017, el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, compañero Evo Morales Ayma, hizo públicos documentos secretos de la inteligencia norteamericana desclasificados por la Casa Blanca, en los que se da cuenta de las negociaciones secretas (1975) entre la dictadura chilena de Augusto Pinochet y la dictadura boliviana de Hugo Banzer Suárez, en las que el primero ofrecía a Bolivia salida al mar a cambio de agua dulce boliviana, y de un pacto para enfrentar al gobierno revolucionario y antimperialista del General Juan Velazco Alvarado en el Perú. Perú propuso crear un puerto de administración compartida entre los tres países, lo que fue rechazado por las dictaduras fascistas de Bolivia y Chile. Pronto (agosto de 1975), Velazco Alvarado sería derrocado por Francisco Morales Bermúdez, la “embajada” y la CIA en Perú, para poner fin a aquel proceso revolucionario peruano.
También cabe recordar la palabra conmovedora del gran Presidente de Chile, el compañero Salvador Allende, de unos años antes (1971), cuando dijo: “Caminaremos juntos en la gran tarea histórica de América Latina. Ha llegado la hora de la gran reparación de una injusticia cometida contra Bolivia. Chile tiene una centenaria deuda con Bolivia y estamos dispuestos a emprender una solución histórica. Bolivia retornará soberana a las costas del Pacífico (…) En esta operación el pueblo boliviano, sus organizaciones políticas, democráticas, sindicales, sus intelectuales, los estudiantes, deberán disponerse a jugar un papel protagónico decisivo. Desempeñar el gran rol democrático de pueblo a pueblo. No de oligarquía a oligarquía. No de momios ni rosqueros. Los escritores y todos los hombres y mujeres de buena voluntad deben venir a Chile y explicar sus anhelos, discutir, crear condiciones objetivas y subjetivas en el pueblo chileno para poder llegar a un feliz entendimiento. Un pueblo que esclaviza a otro pueblo no es libre. Busco el entendimiento de los pueblos hermanos en el mutuo respeto y en la paz que nos encamine a las soluciones del siglo venidero”.
Así hablaba Salvador Allende, el gran presidente mártir del Chile democrático y revolucionario; cuando Bolivia era gobernada por el también presidente mártir, el General Juan José Torres.
Y así habla el compañero presidente Evo Morales: “Bolivia nunca va a renunciar a encontrar una solución a su enclaustramiento. El pueblo boliviano y el mundo saben que mediante una invasión hemos sido arrebatados del acceso soberano al Pacífico… Es importante que los pueblos de la región tengamos la capacidad de solucionar temas pendientes”.
Como siempre, en nuestra historia de la lucha de clases, todo tiene que ver con todo y depende de la política. La salida al mar de Bolivia es una reivindicación de la Patria Grande. Se seguirá debatiendo en diversos foros, pero se resolverá, como tantos otros temas, con la integración soberana, antimperialista, democrática, antifascista, y popular de la Nación Latinoamericana; luchando por derrotar al neoliberalismo y al imperialismo a escala continental y global.