DESPIDOS MASIVOS EN EL ESTADO Y SECTOR PRIVADO

Excluir, disciplinar, reprimir

El proyecto neoliberal de rostro macrista despidió en un mes a más de 20 mil trabajadores del sector público. Drásticamente, se pretende revertir el modelo político y económico de trabajo e inclusión.

Después de la enorme transferencia de recursos a los grupos concentrados de la economía, los 20 mil trabajadores despedidos del sector público se “explican” por la urgencia del poder económico y político -de rostro macrista- de dar vuelta el proyecto que en los últimos doce años rompió las amarras que lo sometían a las decisiones de los organismos financieros internacionales. Achicar el Estado, “sacar la grasa”, no es sólo reducir la cantidad de asalariados y dejar a sus familias sin el ingreso básico, sino el de hacer desaparecer las políticas públicas que incluyeron a millones de compatriotas. Achicar es, también, generar las condiciones para las 10 mil cesantías y despidos en el sector privado que se produjeron desde el mes de diciembre. Esta vertiginosa situación da una advertencia al conjunto de los trabajadores con el objetivo de debilitar los derechos e intentar disciplinar con la extorsión de tener que elegir entre discutir el salario y las condiciones de trabajo o conservar el laburo. Así, si no nos gusta, habrá desocupados esperando ocupar nuestro lugar.

EL EMPLEO EN LA DÉCADA GANADA. El empleo público creció en estos 12 años un 58 por ciento; el sector privado un 86 por ciento (aportado en gran medida por las Pymes), consecuencia ésta de las políticas de Estado concebidas por Néstor y Cristina que protegieron, por ejemplo, la industria textil, del calzado y la construcción, entre otras actividades. De los casi 6 millones de puestos de trabajo que se crearon, sólo el 19 por ciento se explica por el empleo público. El 72 por ciento de los trabajadores estatales se distribuyen en educación, salud y seguridad; el 28 restante entre administrativos, técnicos y profesionales. Si hay nuevas universidades y escuelas; si hay una casi completa cobertura previsional; si ahora obtener el DNI es mucho más fácil; si recuperamos nuestra aerolínea de bandera y los ferrocarriles; si somos capaces de construir satélites; si se crearon oficinas para combatir el trabajo no registrado y programas de salud y de protección a la mujer, por enumerar sólo algunas decisiones políticas, es lógico que haya crecido la cantidad de trabajadores en el ámbito estatal. Es lógico que haya crecido el plantel docente en los distintos niveles educativos; el de los investigadores del Conicet; el de los trabajadores que atienden a los jubilados y a los titulares de la AUH, etc.

EL MAPA DE LOS DESPIDOS. En La Plata (4000); Quilmes (900); Lanús (1200); Escobar, Brandsen y otras cuentan más de 7000. Sucedió otro tanto en Catamarca, Mendoza, Córdoba, Neuquén; en Chubut los trabajadores se movilizaron ante el cierre de pozos petroleros. En el Senado, 2000 despedidos; en el Centro Cultural Néstor Kirchner (730); en el Ministerio de Agricultura (200), a los que se suman los trabajadores de otras dependencias ministeriales, los del AFSCA, ARSAT y el Ministerio de Seguridad, entre otros. En actividades como cerámica y alimentación, se produjeron cesantías y despidos. A fines de la semana pasada, 300 empleados quedaron en situación de incertidumbre como consecuencia de la quiebra (promovida por el gobierno) de la empresa de aerotransporte SOL. En cada uno de los ámbitos o empresas los trabajadores nucleados en sus organizaciones sindicales o no, se plantan en la defensa del trabajo. Cada uno de los despidos afecta al conjunto de los asalariados y al conjunto de la economía. La excusa ser militante, se desenmascara rápido. En el modelo neoliberal, sobramos los trabajadores.