ARGENTINA, UNA BOMBA DE TIEMPO
Este infierno no está encantador.
En apenas unos pocos días en la Argentina de Macri, despidieron a cerca de 2000 trabajadores (Pepsico, Atucha, Unisol-Puma, Lanxess, etc.) que se suman a todos los cesanteados del año y medio que lleva en el gobierno. Subió la nafta, hubo una estampida cambiaria que, en 10 días, elevó el precio del dólar unos 7 puntos y como si fuera poco siguen anunciando “el ajuste” para después de octubre.
Este año el desempleo trepó al 11,3% de la población económicamente activa en los aglomerados urbanos correspondientes a la provincia de Buenos Aires, superando en más de 2 puntos porcentuales al que se registró en el total del país (9,2%). Se trata de la tasa de desempleo más alta en 10 años. El cierre de las paritarias por debajo de la inflación esperada y el crecimiento de la desocupación, implican que el mercado interno continuará achicándose alimentando la espiral recesiva.
Entre diciembre de 2015 y marzo de 2017, se perdieron 3198 empresas en la Argentina, es decir, 7 por día. La producción de las Pymes industriales cayó 1,7% en mayo y acumula 20 meses en baja. La quita del arancel de 35% al ingreso de computadoras, notebooks y tablets del exterior causó que la mayoría de las empresas locales dejara de fabricar y comenzara a importarlas. Como sucede con otros productos manufacturados la importación no representó una baja en los precios ni una mejora en la calidad de los productos.
En el mes de junio volvió a descender el consumo de carne vacuna otro 2,8% y un 40% las ventas de verduras y frutas el Mercado Central. Se calcula que el aguinaldo de junio perdió un 8% de poder adquisitivo en relación con el de diciembre de 2015. Los productos de consumo masivo de la canasta alimentaria subieron hasta el 10 %, y las familias gastan alrededor del 20% del salario mínimo en leche. En 2015 el salario mínimo permitía comprar 532 sachet de leche, hoy solo se pueden comprar 322. La calidad de vida de las mayorías populares empeoró notablemente en el último año y medio. La fuerte caída del consumo de alimentos es un indicador contundente al respecto.
Como si esto fuera poco el gobierno viene por el sistema de seguridad social y asistencia en salud. El recorte de las prestaciones del PAMI es el caso más notorio. La obra social de los jubilados interrumpió la provisión gratuita de anteojos, eliminó programas de prevención de enfermedades, redujo las prestaciones por trasplantes, disminuyó la cantidad de alimentos entregada a centros de jubilados, achicó el listado de laboratorios bioquímicos y limitó la cobertura de medicamentos gratuitos.
Pero la cobertura sanitaria no sólo está comprometida en el caso de los adultos mayores. La población que recurre a la salud pública vio reducida la cantidad de medicamentos gratuitos entregados por el Plan Remediar de 74 a 27. La fuerte alza en los precios de los remedios es un factor adicional que hace mella en la salud de la población. En el último año y medio, se produjo un incremento de precios superior al 75 %, casi 20 puntos porcentuales por encima del alza en el nivel general de precios. Así la canasta de nuestro país llega a ser la más cara de la región.
En este contexto, la revolución de la alegría dio de baja 490 mil asignaciones del plan Progresar, lo que implica que 4 de cada 10 estudiantes dejaron de percibirlas. Esto se suma a las bajas de las pensiones para personas con discapacidad y a las intimaciones a quienes perciben pensiones por viudez para que presenten la documentación probatoria.
En lo que va de 2017, el gobierno nacional emitió deuda externa por montos similares al endeudamiento de todo el año 2016, que alcanzaron para refinanciar los vencimientos. Macri recibió un país con una deuda en dólares de las más bajas del mundo (apenas el 11 por ciento del PIB). La pesada herencia kirchnerista le permitió tomar deuda por alrededor de 90 mil millones de dólares en un año y medio. Además, los 2750 millones a 100 años a una tasa de interés del 8 por ciento anual.
Al mismo tiempo, las altas tasas de interés que mantiene el Banco Central alimentan la especulación financiera y la consiguiente fuga de capitales al exterior. El stock de Lebacs supera tanto la base monetaria (103 por ciento) como las reservas del Banco Central (113 por ciento). Una bomba de tiempo construida para el beneficio de los capitales concentrados y financieros y a costa de la calidad de vida del pueblo.
Mientras esto sucede la compañera Cristina se hace presente en Zarate donde casi mil trabajadores despedidos de distintas empresas, especialmente de Atucha, mantienen una protesta con cortes como forma de reclamo. Nuestra tarea es organizar a nuestro pueblo en la lucha por frenar el ajuste y convocar a una gran votación que manifieste con firmeza que “Así no se puede seguir”.
DESEMPLEO. En el primer trimestre de 2017 el desempleo trepó al 11,3% de la población económicamente activa en los aglomerados urbanos correspondientes a la provincia de Buenos Aires, superando en más de 2 puntos porcentuales al que se registró en el total del país (9,2%). Se trata de la tasa de desempleo más alta en 10 años.
DEUDA. Macri recibió un país con una deuda en dólares de las más bajas del mundo (apenas el 11 por ciento del PIB). Durante el primer semestre de 2017 las colocaciones de deuda externa fueron similares al endeudamiento de todo el año 2016 y alcanzaron para refinanciar los vencimientos. La pesada herencia kirchnerista le permitió tomar deuda por alrededor de 90 mil millones de dólares en un año y medio. Además del despropósito de los 2750 millones a 100 años a una tasa de interés del 8 por ciento anual.
PYMES. Entre diciembre de 2015 y marzo de 2017, se perdieron 3198 empresas en la Argentina, es decir, siete por día. La producción de las Pymes industriales cayó 1,7% en mayo y acumula 20 meses en baja. El dato muestra la magnitud de la recesión y habla del crecimiento del desempleo a dos dígitos. También expresa la concentración del capital a costa de las empresas más pequeñas y que producen mayor cantidad de puestos de trabajo.
MEDICAMENTOS. En el último año y medio, se produjo un incremento de precios superior al 75 por ciento entre los medicamentos más difundidos. Entre 2003 y 2014, las políticas públicas redujeron la incidencia del gasto de bolsillo en medicamentos del 65 al 52 por ciento. La tendencia marcha en sentido inverso, hoy nuestro país tiene la canasta más alta de la región, que llega a ser más de un 50 por ciento mayor al promedio.
AUMENTOS. Volvió a aumentar la nafta y el gasoil. Este año subió el 15,5% y lleva acumulado 52% desde que gobierna Macri. Aumentaron también las prepagas, las expensas y los cigarrillos lo cual agrega un punto al IPC. La inflación de este año se calcula que estará por encima del 26%.
SEGURIDAD SOCIAL Y SALUD. La cobertura sanitaria no sólo está comprometida en el caso de los adultos mayores por los recortes del PAMI (interrumpió la provisión gratuita de anteojos, eliminó programas de prevención de enfermedades, redujo las prestaciones por trasplantes, disminuyó la cantidad de alimentos entregada a centros de jubilados, achicó el listado de laboratorios bioquímicos y limitó la cobertura de medicamentos gratuitos). La población que concurre a hospitales y centros de salud vieron reducida la cantidad de medicamentos gratuitos entregados por el Plan Remediar de 74 a 27.
PROGRESAR Y PENSIONES. La revolución de la alegría ahora dio de baja 490 mil asignaciones del plan Progresar, lo que implica que 4 de cada 10 estudiantes dejaron de percibirlas. Esto se suma a las bajas de las pensiones para personas con discapacidad y a las intimaciones a quienes perciben pensiones por viudez para que presenten la documentación probatoria.