LA CRISIS SE PROFUNDIZA

Conciencia y alternativa política

El mejor equipo de los últimos 50 años destinó casi 5000 millones de dólares en una semana para frenar una corrida que no para de correr. El dólar sigue escalando y su traslado a precios continuará golpeando los flacos ingresos del pueblo trabajador. La “inestabilidad” cambiaria no responde a variables económicas equivocadas, sino que es el corolario de un proyecto sustentado en el endeudamiento y la especulación financiera, que arrasa con todo lo que encuentra a su paso, en particular la estructura productiva del país. Crisis y neoliberalismo van del brazo, esta es la única certeza que puede ofrecer el gobierno de Cambiemos. Es la crónica de una muerte anunciada, y sólo las luchas políticas y sociales (y sus diferentes grados de organización) pueden acelerar o demorar un desenlace previsible.

La dolarización de las tarifas y del precio del combustible es una de las columnas del programa neoliberal, y es lo que va generando mayores niveles de resistencia por los quebrantos que produce en el conjunto de la población. El desgaste del gobierno es ostensible y no solo esmerila al presidente sino que alcanzó a la “angelada” María Eugenia Vidal. Macri busca fugar hacia adelante, propone el pago de la luz, el agua y el gas en cuotas, que después habrá que cancelar con intereses. Más temprano que tarde, el cántaro al final siempre se rompe. Hasta los gobernadores “amigovios” ensayaron una rebelión cuando los exhortaron a eliminar impuestos provinciales para morigerar el impacto del tarifazo. Esto se tradujo en la Cámara de Diputados, donde finalmente se logró imponer una sesión especial y el traslado a comisión de varios proyectos de ley que buscan frenar esta política regresiva. Macri ya adelantó que vetará, aunque practica diversas piruetas para pagar el menor costo político posible.

Quienes sí salieron a bancar la parada fueron los popes del Foro de Convergencia Empresarial, es decir las 80 familias dueñas de la Argentina. Estos son los grandes ganadores, junto con las transnacionales que entran y salen como Perico por su casa. Cada día es más gruesa la brecha entre los pocos beneficiarios de la actual política de exclusión y los sectores más postergados, a los que se suman ahora importantes franjas de una clase media empobrecida, muchos de ellos votantes PRO enojados y arrepentidos. A esto se agrega la avanzada del gobierno contra los trabajadores a través del envío al Parlamento de una diseccionada reforma laboral. Pretenden entre otras cosas eliminar el aguinaldo del cálculo de las indemnizaciones. Esto en un contexto de miles de despidos y cesantías que se renuevan mensualmente.

Frente a una maquinaria mediática y judicial cuidadosamente aceitada, que ante cada embate contra el pueblo saca un conejo de la galera, urge la necesidad de avanzar en un proceso de organización de las grandes mayorías que esté en condiciones de canalizar políticamente el descontento social. En este camino será decisivo el papel que podamos jugar en el movimiento de masas, en cada conflicto. Sin importar si es grande, chico o muy chico, cada expresión de abajo aportará lo suyo. En particular en la creación de conciencia, donde el mano a mano es nuestro principal instrumento para intentar confrontar y desarmar la cerrazón informativa. Los procesos de mancomunión y unidad en el plano superestructural también son promisorios, sobre todo cuando el gobierno trabaja para dividir al amplio y heterogéneo campo opositor.

Sobresale en nuestro país la prédica de Cristina, elemento fundamental que escasea tanto en el campamento de la derecha como en el pretendido armado de la oposición oficialista. Como dijo días atrás el compañero Máximo Kirchner en un encuentro que compartió con nuestra militancia, debemos ser concientes de la importancia de contar con un liderazgo cuya voz es capaz de penetrar la cortina de humo y llegar a los hogares de los pobres, de los asalariados, de los sin voz. Sus palabras vienen con 12 años de realizaciones en la mochila, porque sino las palabras son nada, se las lleva el viento. Eso los comunistas lo sabemos, por eso es que en esas circunstancias (cuando recordamos los 5 años de la partida de Jorge Pereyra) el PCCE ratificó su compromiso, defensa y lealtad hacia Cristina. En ella y en la voluntad de lucha de nuestro pueblo, siguen depositadas las esperanzas para conquistar las transformaciones de fondo en nuestra Patria.