MACRI ARRODILLADO ANTE EL FMI

Defendamos nuestra soberanía

 Como un ministro de colonias, la directora del FMI pasó por Buenos Aires para supervisar los números de la economía argentina, tal y como lo establecen los términos del acuerdo que Macri suscribió con el organismo de sumisión y dependencia. Lagarde exigió en Olivos el cumplimiento de las metas fiscales e inflacionarias y después lo comunicó sin edulcorantes a la población en conferencia de prensa junto a Nicolás Dujovne, de hombros encogidos y mirada trémula. Resulta difícil digerir tal grado de sometimiento cuando la contracara es tan reciente: los gobiernos de Néstor y Cristina realizaron enormes esfuerzos y lograron recuperar decisión soberana sobre los resortes estratégicos de la vida política y económica nacional. Tanto o más difícil de digerir es el ajuste de 300.000 millones de pesos impuesto por el Fondo, que recaerá sobre las espaldas de las grandes mayorías.

Mientras los ministros participantes en el encuentro preparatorio del G20 se arrancaban los ojos en el marco de la guerra comercial que los Estados Unidos impulsa contra la República Popular China y la Unión Europea, los funcionarios de Cambiemos se sacaban selfies donde celebraban que el “mundo respalda a la Argentina”. Cuanto mayor es la cortina de humo, mayores son las evidencias de debilidad. Horas antes Macri había brindado una conferencia de prensa con nulas definiciones, muchas referencias climáticas y un rictus facial que revela una gran desorientación. Se acabaron las canchereadas y las artes de comediante. Sabe que camina sobre cáscaras de banana. El descontento social crece y no hay corteza mediática que pueda preservarlo en un contexto de recesión económica, inflación fuera de cauce, desempleo, caída del consumo y congelamiento de salarios y jubilaciones. En definitiva: crisis.

El desplome de la imagen presidencial no se detiene, así como tampoco merma la (menor) sangría en el campamento de María Eugenia Vidal. Comenzaron en este contexto de vacas flacas a explicitarse algunos intentos de diferenciación de unos con otras y viceversa. El objetivo del imperialismo sigue siendo la reelección de Macri en 2019 o, de ser necesario, promover a la gobernadora bonaerense. Aun así, manejan otras variantes para el caso de que ninguno de los dos garantizara la continuidad del neoliberalismo. La manija a Tinelli durante los últimos días (que busca canalizar el sentimiento antipolítica) es uno de los tantos globos de ensayo. El conductor televisivo del Grupo Clarín buscará hamacarse entre Cambiemos y el peronismo afín según varíe el humor social de cara al año próximo. El norte principal del enemigo es impedir el retorno del proyecto antineoliberal identificado con el liderazgo de CFK. En el medio, buscarán promover las “alternativas del 5 por ciento” con el propósito de limarnos por los costados.

Mientras, van a intentar contener con represión las consecuencias del ajuste. El decreto que permite a las Fuerzas Armadas involucrarse en tareas de seguridad interior responde a este objetivo. El recurso del “combate al narcotráfico y el terrorismo” no es nuevo en nuestro continente. Los antecedentes en nuestro país son trágicos. En simultáneo restablecieron los ejercicios militares con tropas norteamericanas, práctica que Néstor Kirchner prohibió a los pocos meses de asumir la presidencia. La pregunta es hasta dónde podrán contener la reacción popular con las calles militarizadas. Las dramáticas jornadas de diciembre de 2001 demuestran que ese accionar también tiene sus límites. Por otra parte, el repudio a esta medida alcanza a vastos sectores de nuestra sociedad, cuyas reservas democráticas prevalecen sobre la desmemoria planificada. Es, en el fondo, otra evidencia de la debilidad política que atraviesa el gobierno, situación que los vuelve más peligrosos.

Hoy más que nunca debemos identificar al enemigo principal y unificar sin sectarismos a todas las fuerzas que estén dispuestas a enfrentarlo. Debemos derrotar al neoliberalismo en el 2019, porque está en juego nuestra soberanía y la existencia misma de la Patria. En este marco de unidad amplia y diversa, debemos acelerar la confluencia frentista entre aquellos sectores políticos, sociales y sindicales orientados por el liderazgo y conducción de la compañera Cristina. Con ese objetivo, los comunistas vamos al Plenario de la Militancia Nacional y Popular en Unidad Ciudadana. El 11 de agosto en Ensenada daremos un primer paso.