El G20 y las dos Argentinas
Hoy nuestro país no tiene ningún rol en el concierto mundial, ni en la región, que no sea el seguidismo de las posiciones de Estados Unidos y el FMI. Nada bueno para el pueblo. Macri se encarga de reivindicar la labor de Cristina.
El G20 comenzó como un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales. Fue creado en septiembre de 1999. Argentina participa desde sus comienzos cuando Menem consiguió la invitación de Estados Unidos para unirse al armado inicial. Después de la quiebra de Lehman Brothers en 2008, cuando comenzó la crisis financiera internacional, son los presidentes los que pasaron a protagonizar el foro. En conjunto, los miembros del G20 representan el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial, el 75% del comercio internacional y el 80% de las inversiones globales.
Cristina Kirchner estuvo en Washington y en las cumbres de los años siguientes (Londres y Pittsburgh en 2009, Toronto y Seúl en 2010, Cannes en 2011, Los Cabos en 2012 y San Petersburgo en 2013). En sus participaciones, marcó la necesidad de la protección laboral, proponiendo que la OIT (Organización Mundial del Trabajo) integre el foro, y una defensa de los intereses de la región junto a Lula y Dilma Rousseff, aliados frente al resto de las potencias. Así se refería CFK al tema en 2011: “Me parece que entonces cuando hablemos de regulación para cuidar la vida, tenemos que hablar de todos los aspectos, pero fundamentalmente del empleo, de la posibilidad de un empleo digno que es necesario introducirlo también en esta cuestión. Nadie puede tener seguridad alimentaria, seguridad de vida si no cuenta con un trabajo…”.
El kirchnerismo desarrolló una estrategia que priorizaba la integración regional y apoyaba la multilateralidad en el resto del mundo. La voz de Argentina se plantaba frente a las potencias imperialistas de igual a igual e instauraba temas como la regulación de los mercados financieros y el desarrollo productivo, los fondos buitres y la reestructuración soberana de la deuda: “Entonces, la propuesta es que regulemos a los que realmente tenemos que regular. Resulta que vamos a regular a los países y ver cómo pueden ajustar.” “Esto que estamos viviendo, señores, es un anarco-capitalismo financiero total, donde nadie controla a nadie”.
“Muchas veces hay que afectar intereses. Esta es la otra gran definición y con esto quiero terminar: es cierto que muchas veces para solucionar determinados problemas, hay que afectar intereses e intereses que son muy poderosos. Pero yo me atrevo a decir que es mejor enfrentar esos intereses minoritarios pero poderosos, antes que más adelante enfrentar la furia de la sociedad.”
Hoy Argentina no tiene ningún rol en el concierto mundial, ni en la región, que no sea el seguidismo de las posiciones de Estados Unidos y el FMI. Nada bueno para el pueblo. Con el G-20 apuestan a lavarle la cara a un gobierno que cae en picada, y obtener unos morlacos que les permitan llegar a las elecciones. En medio de una ciudad sitiada, el titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, comparó la trascendencia de la cumbre que se realizó en Buenos Aires con el Mundial 78. A confesión de parte relevo de prueba.