DERROTA ELECTORAL Y OPORTUNIDAD POLÍTICA

Es hora de ir a fondo

No hay victorias permanentes, ni derrotas permanentes: lo único permanente es la lucha. Siempre apelamos a este concepto para evitar confusiones respecto a determinados estados de ánimo, cambios repentinos entre la euforia y la desazón, en particular en las situaciones adversas. Dicho esto, consideramos que la derrota electoral en las PASO, especialmente en la provincia de Buenos Aires (a excepción de la populosa tercera sección del conurbano) nos permite analizar descarnadamente un conjunto de elementos, y salir con mayor decisión e iniciativa de cara a las generales de noviembre. La actitud de Néstor aquel 29 de junio de 2009 (cuando perdimos frente al fantasmagórico De Narváez) es parte del legado que nos dejó, y que debemos honrar.

El impacto económico y social de las dos pandemias recientes (el macrismo y el COVID-19) se reflejó de forma objetiva en la pérdida de votos del Frente de Todos. Los enormes esfuerzos por responder a la emergencia sanitaria se evalúan por un andarivel; la gestión de la economía cotidiana por otro. Este es, en última instancia, el factor determinante. Quien lo advirtió de forma temprana fue la compañera Cristina, ya en el mes de julio de 2020, al cuestionar la foto que armó el presidente junto a la crema del poder real en la Argentina. Gobierno heterogéneo desde su concepción, se fueron administrando las tensiones en función de un objetivo común: la derrota del neoliberalismo. No obstante, se continuó señalando la exasperante moderación en las decisiones de política económica. Y la tendencia de un sector del Ejecutivo (Guzmán en primer lugar) a privilegiar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. 

A través de éstas páginas planteamos la necesidad de elevar de forma urgente el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones; de confrontar con mayor decisión a los formadores de precios; de adoptar medidas extraordinarias para bajar los precios de los alimentos. En definitiva, atender la deuda interna antes que la fraudulenta deuda contraída por Macri con el FMI. Esto es lo que hay que “escuchar” de las urnas, este es el sentido del voto bronca que acabó drenando hacia otras expresiones (FIT y libertarios por ejemplo) que por “izquierda” y derecha tributan a los objetivos del imperialismo en nuestro país. El tema es cómo se responde ahora, es lo que está en discusión. Si seguimos en velocidad crucero (lo que agudizará el escenario de derrota) o vamos a fondo con audacia, coraje y determinación para dar la pelea.

La campaña electoral osciló entre la apatía y la superficialidad, con excepción de Cristina, Axel Kicillof y Máximo Kirchner, quienes machacaron una y otra vez sobre los dos proyectos en disputa. No movilizó a la militancia en general, hubo poco vínculo político con las masas, subestimando en definitiva al votante del FdT. Los avances en la gestión no se traducen de forma automática en mayores grados de conciencia, menos aún en una coyuntura tan delicada y con los tanques multimediáticos demonizando todas y cada una de las acciones de gobierno. Por otra parte, es evidente que con el “peronismo unido” no alcanza, además de que sectariza y omite la existencia de otras identidades de arraigo popular no peronista. 

Muchas de estas cuestiones se deben atender si es que realmente se quiere “dar vuelta la historia en noviembre”. Después de la derrota de la 125 en 2008 salimos con la reestatización de los fondos jubilatorios. En 2009 fue la Asignación Universal por Hijo y la recuperación de Aerolíneas Argentinas. Es otro momento, cuyas particularidades no soslayamos. Sin embargo, si queremos disputar el voto de las generaciones más jóvenes a la tentación de la antipolítica, si queremos que en los barrios vayan a votar aquellos millones de compatriotas que por bronca o malestar se quedaron en sus casas, debemos mostrar que estamos dispuestos a defender los intereses del pueblo a cualquier costo. El respaldo que se logró en 2019 no es definitivo, quedó demostrado el pasado 12 de septiembre.

Cuando Cristina habló, en diciembre de 2020, de los “funcionarios que no funcionan”, muchos y muchas se hicieron los distraídos. También se refirió a la necesidad de que ministros, secretarios de estado o legisladores estuvieran a la altura de las circunstancias históricas, sin medir consecuencias ni sacrificios personales. El resultado de las PASO señala un límite. Es necesario reaccionar, y hacerlo antes de que sea tarde. Al cierre de esta edición un conjunto de ministros nacionales puso sus renuncias a disposición del presidente. Es una decisión correcta, hay que cambiar lo que deba ser cambiado. La indefinición sólo conducirá a nuevas derrotas. Alberto sólo podrá avanzar si se apoya en el pueblo, en sus urgencias y reivindicaciones, que debemos atender sin dilaciones.