A 9 AÑOS DE SU PARTIDA FÍSICA

Jorge Pereyra, el organizador de Partido

Por Rodolfo G. Módena

El 26 de abril de 2013, hace nueve años, nos dejaba físicamente el querido e inolvidable camarada Jorge Pereyra; fundador y primer Secretario General del PCCE.

Muchas veces hemos recordado a Jorge en estas páginas. Lo hemos hecho en su rol de Secretario General de la Federación Juvenil Comunista en la década del 70 y su destacado papel en la conformación del Movimiento de Juventudes Políticas, especialmente con la Juventud Peronista y otras fuerzas juveniles de la heroica generación setentista, diezmada por el enemigo imperialista y fascista. También como fundador del PCCE, luego de dar batalla contra el liquidacionismo en el seno del Partido Comunista; liquidacionismo tanto de su gran fuerza política organizada, como de su espíritu mismo: la ideología del marxismo-leninismo, su identidad histórica, su carácter de clase, su organización leninista y su línea política del frentismo de liberación nacional y social. Combatiendo al oportunismo de izquierda y de derecha, ora al trotskista, ora al socialdemócrata. 

Este 26 de abril lo volvemos a reivindicar, pero esta vez, haciendo eje en sus extraordinarias dotes de organizador.

Jorge, luego de haber sido Secretario General de la gloriosa Fede, pasó a asumir la enorme responsabilidad de ser el Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, función que desempeñó entre 1980 y 1990.

Quienes continuamos en el camino abierto por el mejor discípulo y heredero de Victorio Codovilla, no podemos dejar de transmitir a las nuevas generaciones de militantes comunistas la dedicación del camarada Pereyra por el desarrollo de la organización celular y el centralismo democrático, las grandes campañas nacionales de agitación y propaganda, con volanteadas, piqueteos de la prensa, pintadas, inmensos y hermosos murales; políticas de concentración con bloqueos de fábricas, escuelas y universidades, abordajes de barrios, campañas financieras, planes de reclutamiento, escuelas de formación de cuadros, centralizadas o sincronizadas en todo el país, eran mérito de la muy aceitada organización leninista. La organización cuasi perfecta de las grandes columnas del PC y la FJC en cuanta movilización popular se convocara, eran la envidia de todas las fuerzas democráticas y populares, así como uno de los tantos motivos de orgullo de los comunistas argentinos. El orden, la disciplina consciente, las consignas, la autodefensa de masas, la logística de transporte, viandas, atención sanitaria y asistencia legal cuando fueran necesarias, eran un sello de distinción de la organización partidaria. 

Jorge insistía siempre en la necesidad de recuperar los atributos del Partido revolucionario de la clase obrera, señalando que los principios organizativos del mismo, concebido como un sistema de organizaciones, eran tan importantes de recuperar como la ideología, la identidad y la línea política. Más aun, fundamentales, para darle vigor y eficacia a la acción política, en cualquier circunstancia en que le tocara actuar al Partido.

Tales atributos, unidos a una personalidad como la de Jorge, su calidad humana, su espíritu de sacrificio en la militancia cotidiana, su autoridad política y moral basada en su autoexigencia, en primer lugar, para exigir compromiso a la organización y a los cuadros y militantes; su capacidad de escuchar e interpretar a los camaradas, su cualidad de saber comprender y encontrar la mejor fibra en cada uno, la más útil al Partido, a la vez que la más acorde con las características personales de cada cuadro o militante. 

Tales atributos hicieron de Jorge Pereyra, el gran organizador, el más querido y también odiado -pero siempre-, el dirigente comunista argentino más respetado.

Tales atributos son los que hacen y harán grande al Partido Comunista Congreso Extraordinario y su línea política frentista y revolucionaria.