EN LAS CALLES

Por Cristina y la democracia

Pese a la permanente diatriba negacionista que propalan los medios monopólicos de comunicación, cientos de miles de personas se movilizaron a Plaza de Mayo y en distintos puntos del país por Memoria, Verdad y Justicia. Una enorme masa de jóvenes protagonizó definidamente la concentración, sin dudas la más masiva que hoy se realiza en la Argentina. ¿Por qué destacamos ésto? Porque es en esa generación donde se plantea con fuerza la disputa frente al veneno de la antipolítica diseminado por derecha y por “izquierda”. El enemigo trabaja con precisión quirúrgica sobre la conciencia, hacia adelante y hacia atrás: no hay salida, no hay perspectiva, pero tampoco posibilidades de luchar ni tradición de lucha. El mundo empieza cuando uno o una nace. La discusión está abierta, y es falso que el sector potencialmente más dinámico haya sucumbido ante el desencanto.

No hay salida bajo el imperio del neoliberalismo, actual fase de desarrollo del capitalismo contemporáneo. Ni política, ni económica, social o ambiental. Basta una rápida ojeada de la coyuntura global para observar cómo se siguen cayendo los naipes de los castillos financieros, y cómo corren los gobiernos a socorrerlos con fondos frescos.

Veamos la “principal potencia” global, donde recientemente tembló todo a partir de la quiebra del Silicon Valley Bank. El 65% de los estadounidenses vive día a día. No tienen capacidad de ahorro y están expuestos a quedarse en la calle frente a cualquier imprevisto. Un accidente de salud, la muerte de un familiar, el alza de impuestos o una inflación récord obliga a muchos a endeudarse o buscar otras fuentes de ingresos. Al menos 29 millones de estadounidenses tienen dos o más trabajos. A estas personas se les llama working poor, o pobres con trabajo. A dos cuadras de la Casa Blanca está uno de los 95 campamentos de personas sin techo en Washington. Micro-comunidades en el centro de la ciudad que han aumentado casi un 40% desde el 2020 y que llaman la atención de los turistas que visitan la capital estadounidense. ¿Este es el futuro?

La crisis del neoliberalismo acentúa su tendencia al fascismo y pone en riesgo las libertades democráticas hasta hoy conquistadas. La proscripción de la compañera Cristina es la expresión más clara de este fenómeno en nuestro país. Junto a las condiciones de ajuste que impone el FMI (traído por Macri y legitimado por Alberto Fernández) se va configurando un cuadro complejo, atizado por una inflación sin control, salarios bajos y las permanentes acciones desestabilizadoras en el terreno económico y financiero de quienes buscan que estalle todo por los aires. En este escenario ¿cuál es la única alternativa realmente transformadora para nuestro pueblo? Como bien señaló días atrás un dirigente sindical, Cristina es el programa. No obstante, la compañera advirtió en el CCK que “esto no es tarea de una persona: es tarea de una sociedad y de fuerzas populares, nacionales y democráticas que deben organizarse”.

Durante el último mes se han propiciado distintos espacios de discusión y participación de la militancia kirchnerista con el objetivo de reagrupar fuerzas, romper cierto letargo y salir con más decisión a luchar contra la proscripción de CFK. Era necesario, esa fue la conclusión de quienes estuvimos presentes. Están planificados encuentros similares en todo el país. No podemos ceder frente a la espontaneidad y la dispersión (en particular el kirchnerismo) mientras la derecha tiende a ordenar su interna. Habrá que ver cómo decantan las discusiones en el seno del Frente de Todos y hasta dónde Alberto Fernández se propone complicar la ya compleja convivencia de la coalición de gobierno.

Dicho esto, reafirmamos nuestro rol como militantes comunistas y del campo popular en la etapa actual. Debemos estar en calle, dar la discusión, organizar con criterio de concentración en la juventud y en el movimiento obrero; participar, impulsar o dirigir los conflictos en el frente de masas según nuestras fuerzas; no encerrarnos ni ensimismarnos entre quienes pensamos parecido; planificar nuestro accionar político para ser más efectivos y crecer. Buscar siempre una vuelta más para desarrollarnos en el proceso de construcción de un Partido Comunista, marxista leninista, que aporte a la unidad de los revolucionarios y del pueblo en general. En este camino luchamos en defensa de la democracia, de Cristina y frente a los riesgos que implicaría un retorno del neoliberalismo, ésta vez en su variante fascista.