CUÁLES SON LOS EJES REIVINDICATIVOS

El camino siempre es la lucha

Los acontecimientos que se desarrollan en este momento en la República Bolivariana de Venezuela trascienden claramente la discusión electoral. Se realizaron 31 elecciones desde el advenimiento del chavismo en 1998: en todas la derecha pro-norteamericana cantó fraude, sin excepción. Acto seguido desencadenaron las acciones terroristas, los sabotajes, el fascismo y los intentos de desestabilización. Nuevamente se observa en Venezuela una agudización de la lucha de clases en el marco de un proceso revolucionario donde el imperialismo no admite que la disputa de fondo se dirima través del voto. Por esto mismo es correcta la decisión del presidente Nicolás Maduro y el gobierno bolivariano de no ceder frente al chantaje de los Estados Unidos y sus aliados, así como tampoco mendigar respaldos vacilantes. Es necesario tener en claro qué es lo que está en juego en esta contienda y su impacto en América Latina. Qué significaría una capitulación de las fuerzas revolucionarias en la Patria de Bolívar, imponiendo un ruinoso destino (a sangre y fuego) para millones de personas. La historia ofrece sobradas enseñanzas al respecto. La organización popular, la presencia en las calles, la lealtad y el patriotismo de las Fuerzas Armadas y la solidaridad internacional asumen un rol decisivo en este escenario. Los comunistas del PCCE no nos confundimos, por eso estamos y estaremos siempre junto a la Revolución Bolivariana. 

La confrontación en Venezuela pone sobre la mesa un asunto estratégico en la coyuntura actual. En manos de quiénes va a estar la mayor reserva de petróleo del mundo, la quinta reserva de gas del planeta y la reserva biosférica de la región andino-amazónica. Ese es el objetivo de los yanquis, no la democracia. Mención aparte: el PSUV y el Gran Polo Patriótico van a presentar el 100% de las actas que consignan su triunfo. Suena a verdad de perogrullo, pero así como sucedió con Cuba en los 90, algunos se enredan solitos en los flecos del poncho. Se plantea entonces una divisoria de aguas. No por nada la República Popular China y la Federación Rusa, principales locomotoras del mundo multipolar, reconocieron sin dilaciones la victoria del chavismo. En esa línea roja, el papel asumido por el gobierno argentino es coherente con su vocación neocolonial. 

Nuestro país se rige hoy bajo un andamiaje jurídico y legal (DNU 70 y Ley de Bases) que propicia el saqueo en todos los ordenes. En este número de Nuestra Palabra abordamos en detalle el vertiginoso deterioro de las condiciones de vida de nuestro pueblo: caída de salarios y jubilaciones, caída abrupta del consumo, endeudamiento de las familias, despidos y suspensiones, cierres de fábricas, crecimiento de la desigualdad, en fin, un verdadero sismo social que todavía no encuentra correlato en el nivel de resistencia a las políticas de ajuste, hambre y represión. Paradójicamente, quienes se enriquecieron a costa del pueblo vía devaluación, son los que más sacuden la palmera de la que cuelga Milei. Sin reservas ni nuevos desembolsos del FMI, el gobierno se hunde en una nueva crisis de deuda. 

Valga la lección de los antiimperialistas venezolanos, el camino siempre es la lucha, más aun en circunstancias adversas ¿Cómo se expresa hoy en nuestro país? Ubicando los ejes políticos reivindicativos en el seno del movimiento de masas. Más grandes o más chicos, no importa. En un barrio, en una cuadra, en un colegio, profesorado o facultad, en un club social o en una fábrica. Sólo es posible acumular en la lucha, y las luchas se desarrollan de menor a mayor. El problema no está en el pueblo sino en quienes deberían estar al frente de esas reivindicaciones. Por miedo, vacilación o incomprensión, lo cierto es que la quietud dirigencial es llamativa. Abundan las condiciones objetivas para la conflictividad, falta desplegar el factor conciencia. Solo con lucha y organización podremos construir un horizonte diferente para las mayorías.