TRIUNFO DE CRISTINA EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Masivo rechazo al ajuste.
A pesar de los intentos de la derecha por distorsionar el resultado de las elecciones primarias, el acontecimiento principal está dado por el triunfo de Cristina en la provincia de Buenos Aires. Ganó sobreponiéndose a un ataque sobre su persona sin antecedentes en nuestra historia. El segundo elemento es que en el distrito más poblado del país, dos de cada tres votantes se expresaron en contra de las políticas de ajuste y miseria impulsadas por la Alianza Cambiemos. Dicho esto, no podemos soslayar el hecho de que el montaje “planificado y cronometrado” durante la noche del 13 de agosto (destinado a escenificar un avance incontenible de la ola amarilla) fue anticipado semanas antes por Marcos Peña.
Esbozaron por entonces la intención de imponer un relato orientado a minimizar el impacto nacional de una victoria de CFK. Lo novedoso (si cabe el término) fueron los recursos utilizados y la sincronización de estos. La trampa electoral (enlazada al accionar de los medios masivos de comunicación, al establishment financiero e industrial y al partido judicial) muestra un grado de sofisticación que supera las cualidades de Macri y sus funcionarios. Son los yanquis los primeros interesados en obturar cualquier posibilidad de retorno de Cristina: esto es factura de ellos, son el enemigo que enfrentamos.
A las 22 del domingo festejaban por lo propio y por lo ajeno. Ganaron en aquellos centros urbanos donde era previsible, se adjudicaron nada menos que la provincia de Buenos Aires y Santa Fe (allí ensayaron la misma mentira, no obstante el compañero Agustín Rossi se alzó con un triunfo muy significativo) y sumaron al combo algunas victorias con impacto simbólico como las de Santa Cruz y San Luis. Así construyeron un “éxito electoral” de carácter nacional, no en los hechos, sino en la percepción de una parte de la sociedad.
Lo cierto es que, además de la provincia de Buenos Aires y Santa Fe, las fuerzas identificadas con el liderazgo de Cristina se impusieron en Chubut, Río Negro, Tierra del Fuego (en estos tres el FpV no es gobierno), Chaco y Formosa. Y fue determinante el voto kirchnerista en armados más amplios, como los que prevalecieron en San Juan, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero y Misiones. En la Ciudad de Buenos Aires, Unidad Porteña realizó una elección destacable (recuperando el segundo lugar e imponiéndose en la interna la fórmula Filmus-Recalde) y también fueron significativas las cosechas en Salta y Jujuy (donde además mermó el respaldo a Urtubey y Morales), en Mendoza y en Córdoba.
La derecha buscó ponernos a la defensiva, pero no hay ningún motivo para entrar en ese juego. En realidad, todo lo contrario. Cristina se impuso con holgura en las secciones más populosas del conurbano bonaerense, donde los trabajadores y los más humildes sufren dramáticamente las consecuencias del neoliberalismo. El escrutinio definitivo (que también van a buscar empiojar) va a confirmar una victoria de CFK con una diferencia de dos a tres puntos.
Aquellos sectores del PJ que trabajaron junto a los factores de poder para crear un peronismo post-kirchnerista, fueron derrotados o quedaron lejos de lo necesario para asumir una tarea de esas características. La ex presidenta es la única figura política que está en condiciones de representar a los millones de compatriotas agredidos y poner un freno a la segunda etapa del ajuste, que incluye (entre otras “novedades”) una reforma laboral flexibilizadora, la reprivatización del sistema previsional y una reforma tributaria claramente regresiva para los intereses del pueblo. El desafío de cara a octubre es poder aglutinar ese voto bronca, para lo cual es necesario esclarecer y hacer comprender que sólo hay dos opciones.
La pelea es por el voto, pero también (y fundamentalmente) por organizar en el marco de una fuerza política de carácter frentista a las mayorías nacionales que se han expresado contra el neoliberalismo. A aquellos que no están dispuestos a seguir perdiendo derechos, que no quieren ver cómo el hambre se extiende como una mancha venenosa, aquellos que no se resignan a ser nuevamente los mejores alumnos del imperialismo, aquellos que queremos una Argentina sin presos políticos y, sobretodo, sin desaparecidos. Por todo esto, vamos a consolidar en octubre el triunfo de Cristina.