DOCENTES DEL PCCE
La lucha por el Polo Educativo de Retiro
Desde hace más dos años, las escuelas de la Villa 31 venimos peleando por la construcción de un Polo Educativo en el barrio, que además de contener a las instituciones que allí funcionan, pueda albergar nuevas como un terciario, una secundaria artística y un centro de formación profesional.
Este camino lo emprendimos porque la escuela secundaria Carlos Mugica tiene serios problemas de infraestructura, el edificio es un obrador con pisos sin terminar y techos de chapa, con instalaciones eléctricas peligrosas y goteras.
A mediados del año pasado se presentó en la Legislatura Porteña un proyecto de ley que fue elaborado y debatido con la comunidad educativa. Nunca tuvimos respuesta del Ejecutivo, y tampoco se trató en el recinto.
A fin del 2016 el GCBA, producto de la organización y lucha del barrio, presenta un proyecto de Polo Educativo que nada tiene que ver con lo se planteó como comunidad, puesto que ahí se expuso la posibilidad de hacer la obra en etapas. El GCBA no volvió a comunicarse con la comunidad hasta después de las vacaciones de invierno de este año. En esta oportunidad nos dicen que la obra se va a realizar de una sola vez y que para ello es necesario mudar a la Escuela primaria y al Jardín a 2 kilómetros de dónde hoy funcionamos. El lugar al que nos pretenden mudar no solo no cumple con las condiciones mínimas, sino que no cuenta con el espacio suficiente, por lo que sería necesario reducir la matrícula del nivel inicial en 120 vacantes, y de primaria en unas 140. El espacio ofrecido por el Gobierno porteño es un galpón ubicado en Carrillo y la 12, que no posee luz natural, ni agua, ni gas. No está resuelto cómo será el comedor de esos niños y tampoco se cuenta con espacio al aire libre o patio donde se puedan realizar actividades de recreación. Sin contar que la zona es compleja, no solo por cuestiones de seguridad, sino de difícil acceso para las familias, docentes y ambulancias.
Consideramos que la mudanza de las escuelas conlleva también a un desorden familiar y desmembramiento de la comunidad educativa, ya que muchos estudiantes son los responsables de llevar a sus hermanos más pequeños y hay alumnas madres que también dejan a sus hijos en el jardín. Afirmamos entonces que la comunidad es una sola y no pueden estar las escuelas a 20 cuadras de distancia.
Los y las docentes junto a las familias expresamos nuestro rechazo al traslado y todavía no recibimos respuesta del GCBA. Les exigimos a las autoridades del Ministerio de Educación que reciban y escuchen a la comunidad. Tenemos la firme decisión de no mudar ninguna escuela hasta que el Gobierno no se siente en un diálogo real con las familias y el cuerpo docente. Ninguna obra puede estar por encima de los derechos de los chicos.