ALMIRANTE BROWN
El Partido junto a Nicaragua
En una charla didáctica de casi una hora, el embajador nos envió el saludo del Comandante presidente Daniel Ortega, y centró su elocución en los avances del país en el ámbito económico y educativo a través de un recorrido histórico desde la revolución sandinista de 1979, que derrocó la dictadura neocolonial de Somoza; pasando por la derrota neoliberal de los 90 y la recuperación del gobierno por parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en el año 2006. El compañero nos explicó cómo la estrategia del sandinismo en aquel entonces -para ganar las elecciones con amplio margen a pesar de las amenazas de los yanquis- fue buscar consensos en base a una política pragmática de unidad nacional y reconciliación con aquellos sectores que estaban dispuestos a buscar puntos en común. La victoria sandinista en ese entonces permitió ya casi dos décadas de crecimiento, distribución de la riqueza, construcción de escuelas y universidades, incremento del presupuesto educativo a niveles récord (más de 500% desde 2006 a la actualidad) y autosuficiencia alimenticia.
En cuanto a las similitudes de Nicaragua con nuestro país, quedó en claro la lucha por dos modelos de país: uno privatista neoliberal (que primó entre 1990 y el 2006 y que fue un desastre para Nicaragua) y otro nacional y popular que hizo de Nicaragua un ejemplo regional en cuestiones educativas, de seguridad y desarrollo económico. Bajo el neoliberalismo Nicaragua era un país inviable, pero que pudo remontar gracias al nuevo gobierno sandinista que hoy sigue vigente.
A la hora de las preguntas, el camarada Lucas Agüero indagó respecto a la experiencia de los educadores populares en el contexto de la revolución sandinista. Durante ese proceso, todo el pueblo con capacidad de educar, incluso aquellos que no eran docentes, participaron de las campañas de alfabetización, que convirtió a Nicaragua en uno de los principales países con toda su población alfabetizada, a pesar de que continuaba siendo considerado como un país de bajos ingresos. Fue un ejemplo para toda la región en la década de los 80.
Así y todo, a pesar de la derrota de los 90, Nicaragua pudo retomar el poder popular con el FSLN en 2006 y el sendero de progreso y justicia social, que se mantiene hasta la actualidad. El país es hoy uno de los más seguros de Latinoamérica, con una policía amigable al pueblo y educada ideológicamente (lo mismo con el ejército), que defiende a una población que antes padecía una desigualdad extrema y hoy es uno de los mas igualitarios y justos de la región, superando a muchos países del “primer mundo”.