SIEMPRE CON CRISTINA

Frente a la proscripción, vamos por más organización

El bloque de poder conformado por el empresariado transnacional con sus tentáculos mediáticos y judiciales, degradan la democracia burguesa, persiguiendo y encarcelando con acusaciones falsas a toda la dirigencia que se oponga al modelo neoliberal. Lo hacen con Cristina en Argentina, como lo  hicieron con Lula y Dilma en Brasil, con Evo en Bolivia, con Zelaya en Honduras y Correa en Ecuador. Esto demuestra el temor que el poder económico le tiene a estos referentes del campo popular que demostraron tener la capacidad concreta de conducir procesos antineoliberales con perspectiva de liberación nacional y social.

Como bien sabemos y queda expresado en los hechos, la justicia tiene un carácter de clase, con vocación ideológica antipopular y antiprogresista, que desnuda un fanatismo primitivo que obtura toda profundización democrática. Por su degradación ética y política, son instrumentos del poder económico hasta convertirse en marionetas peligrosas que van generando una situación de inestabilidad institucional. En la Argentina, la necesidad política de proscribir a la principal líder de la oposición, precedida del intento de asesinarla, debe ser analizada como la parte de un todo que tiene sus terminales en los Estados Unidos. Es muy importante resaltar que cuando intentaron asesinar a Cristina, la justicia macrista excluyó a quienes financiaban a la “banda de los copitos” (familia Caputto) y a los inspiradores intelectuales del atentado. Es el imperialismo yanqui quien planifica estos “golpes blandos” como nuevas formas desestabilizadoras en el mundo para poder dictar políticas al servicio de las transnacionales.

La conducta política del actual gobierno opera en este sentido, aplicando la coerción ante cualquier manifestación reivindicativa y la represión para frenar el reclamo, como en el caso de los jubilados, empleados estatales y estudiantes, con el deliberado propósito de infundir el miedo que induzca a la pasividad. Este sistema de poder se propone acentuar su batalla cultural con el propósito de continuar imponiéndole a la sociedad los valores del mercado y el individualismo como los supuestos verdaderos motores de la historia. Bajo esta ideología neoliberal, la clase trabajadora y las relaciones sociales no cuentan, mucho menos el crecimiento exponencial de la pobreza, unido indisolublemente al incremento de las riquezas de un concentrado núcleo minúsculo de multimillonarios.

El pasado 23 de noviembre Cristina se presenta en Rosario en la Ciudad Universitaria, conocida popularmente como “la siberia”, en el marco del Encuentro Nacional de Salud donde manifestó, entre otras cosas, ante miles de militantes políticos, sociales y sindicales, como se deterioró el sistema de salud pública en nuestro país con la llegada de estos gobiernos de corte neoliberal. Días atrás, la Cámara de Casación ratificó el fallo de primera instancia en la causa vialidad y confirmó su condena de seis años e inhabilitación a ejercer cargos políticos de por vida. Los grupos económicos celebraron con subas de los bonos y la baja del riesgo país como “premio” por sus ganancias extraordinarias. Se trata de una verdadera confesión de parte; la condena de los tres operadores macristas les genera condiciones de continuidad para sus enormes fortunas tanto en el plano nacional como en el extranjero. En consecuencia, el pueblo debe ser consciente que se siguen debatiendo en diversos campos políticos, económicos y culturales dos proyectos de país con antagonismos bien marcados que definen nuestro destino como nación libre y soberana. La organización y la lucha es necesaria para resistir y poder pasar a la ofensiva en un contexto delicado fronteras adentro, pero promisorio regionalmente.