A PROPÓSITO DEL ROL DE LA IZQUIERDA
Qué es ser revolucionario hoy
Dice Lenin en 1916: “El imperialismo es el capitalismo en aquella etapa de desarrollo en que se establece la dominación de los monopolios y el capital financiero; en que ha adquirido señalada importancia la exportación de capitales; en que empieza el reparto del mundo entre los trusts internacionales; en que ha culminado el reparto de todos los territorios del planeta entre las más grandes potencias capitalistas”. (V.I.Lenin. El imperialismo, etapa superior del capitalismo, Obras Completas, Ed. Cartago, 1970. T. 23, pág 387).
Transcurridos algo más de cien años, la exportación de capitales hoy se ha convertido en producción deslocalizada, aproximadamente el 60% de la producción del mundo no está en los países desarrollados sino en los dependientes. EE.UU. es el estado rentista por excelencia. El flujo de capitales va desde la periferia productora hacia los centros del poder mundial para acumularse parasitariamente en las guaridas fiscales y nuevas formas de dominación se han impuesto, empezando por las asfixiantes deudas nacionales. Ha concluido el reparto del mundo entre los trusts internacionales: 15 fondos globales de inversión se reparten el control de la mayoría absoluta del PBI global. “Los 20 principales fondos de inversión, entre los que se encuentran BlackRock, Fidelity, Vanguard y State Street, poseen una participación significativa (al menos un 5% del capital) en el 61% de las 205 firmas con mayor facturación del mundo. A la vez que 15 de estos 20 tienen una participación significativa directa en otros fondos de esta misma red, lo que denota que este núcleo está interconectado. (…) Considerando las 205 empresas más grandes del mundo, BlackRock posee una participación significativa directa en casi un tercio de las empresas de la muestra y una participación significativa de forma indirecta en el 45% de estas.” (Los fondos que dominan el mundo, Magdalena Rua. El Cohete a la Luna, 10/05/2020).
“En Argentina, BlackRock es dueña del 5,2% de Pampa Energía, la empresa de Marcelo Mindlin, y a través de MSCI, una subsidiaria, posee inversiones en Globant, YPF, el Grupo Galicia y Telecom, entre otras” (ídem). MSCI, o Morgan Stanley, es la agencia financiera que acaba de recomendar a los inversores salir de sus posiciones en Argentina hasta después de las elecciones.
Frente a este minúsculo y compacto grupo del capital financiero transnacional se levanta hoy la masiva construcción emprendida por China socialista y los BRICS. Hoy más del 50% del comercio manufacturero mundial sale de China.
Ante ese desafío, el capital financiero trasnacional deja de lado toda pretensión de civilización y emprende la destrucción planificada de todo aquello que pueda cuestionar su dictadura mundial, un camino que adquirió velocidad con la desaparición de la URSS y el “campo socialista” (Kosovo, Serbia…) y se desplegó en Irak, Libia, Siria, ahora Gaza y posiblemente Irán, sin olvidar África, Ucrania y la amenaza latente sobre Taiwán. Ese es el único futuro que nos proponen.
En nuestro país, están representados por A.E.A. y AmCham. Como dijo uno de sus esbirros, el problema de la Argentina es que está llena de argentinos.
A esas fuerzas sociales sirven Milei y su banda de criminales, que se montaron sobre nuestra falta de respuesta al obvio e inevitable descontento de amplias masas de habitantes de nuestra patria que no pueden resolver muchos de sus problemas y a los que pretenden mantener controlados mediante dosificados “subsidios” de variado tipo. Entre enero y mayo de este año viajaron al exterior 6,7 millones de argentinos, que gastaron un promedio de 1.500 dólares por noche sin tener en cuenta los pasajes. Solo en mayo fueron 700.000 y su gasto superó los mil millones de dólares. Ninguno de ellos debe considerarse un “planero”, aunque pueden darse esos lujos gracias a la política cambiaria del gobierno y a su destrucción del Estado. En el otro extremo, se mantienen al alza las asignaciones familiares no contributivas, mientras se destruyen otro tipo de prestaciones (Progresar, cooperativas y afines, educativas, etc). Acá también tienen peleando a pobres y menos pobres entre sí por las migajas.
Mientras tanto, los dueños reales del país siguen usufructuando impunemente nuestras riquezas y siguen evadiendo y eludiendo el pago de cada vez más impuestos, a pesar de que siguen obteniendo exorbitantes ganancias a costa del trabajo de los habitantes de este suelo, que fugan y después utilizan para seguir dominándonos en lugar de reinvertirlas para el mayor bienestar común.
China no llegó a ser lo que hoy es porque abrió sus puertas al progreso y a las corporaciones. Llegó a serlo porque ANTES de hacerlo, su Partido Comunista encontró formas de organización para sí, para la clase obrera y para el pueblo que les garantizaran la conquista del poder y el férreo control de los resortes estatales y, a través de ellos, del conjunto de sus riquezas. A eso llaman “socialismo con peculiaridades chinas”. Nosotros hablamos del “camino argentino al socialismo”. Ese camino deberemos construirlo sintetizando las experiencias de lucha de nuestro pueblo y poniéndolas al servicio de sus aspiraciones, sean estas estudiar y trabajar en condiciones decentes, atender la salud, la educación y el desarrollo homogéneo y endógeno, o viajar al exterior en vacaciones.
Ser revolucionario hoy en nuestra patria es no perder de vista nunca quienes son “ellos”, no distraerse con internas, trolls, provocaciones, represiones, amenazas, injurias ni cantos de sirena del objetivo fundamental: denunciarlos día y noche a “ellos”, a los verdaderos beneficiarios de este caos planificado. No en las redes, no en los medios, sin oportunismos electorales. En cada barrio, en cada pueblo, en cada escuela, en cada fábrica o taller, en cada hospital o sala de primeros auxilios, ante cada prueba de que para “ellos” no contamos, señalarlos como los directos beneficiarios de esas carencias. No son fallas. Son medidas tomadas para que “ellos” ganen más y nos controlen más.
Ningún plan productivo, ningún programa nacional que recupere lo mejor de la “década ganada” y mucho menos avance por ese camino argentino al socialismo tiene futuro, mientras no se liquide definitivamente el control que mantiene sobre todos nosotros la oligarquía concentrada en A.E.A. No hay mayor conciencia de clase hoy en nuestra patria que comprender que, en la etapa actual, “nosotros” somos todos menos ellos. Y construir la organización que nos represente a nosotros y nos garantice la victoria.