ROSA LUXEMBURGO
Águila de las montañas
Por Rodolfo G. Módena
Se cumplen 145 años del natalicio de la gran revolucionaria internacional Rosa Luxemburgo, nacida en Zamosc, Polonia, el 5 de marzo de 1871. Qué mejor homenaje a este próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que reivindicar la memoria de una de las más trascendentales mujeres de vanguardia del movimiento obrero y revolucionario mundial.
Rosa fue una mujer extraordinaria de extraordinaria inteligencia, lo que le hizo posible estudiar y desarrollarse pese a los prejuicios arcaicos de su tiempo y espacio (finales del siglo XIX en la atrasada Polonia ocupada por la atrasada Rusia zarista), sobreponiéndose a la discriminación por ser mujer, judía y socialista.
Ya a los 18 años, en 1889, tuvo que exiliarse en Suiza por su militancia revolucionaria; y allí, en la Universidad de Zürich estudió filosofía, historia, matemáticas, economía, se graduó en Derecho y se incorporó a la dirección del Partido Socialdemócrata Polaco en el exilio.
En 1895 se casa con Gustav Lübeck y en 1898, con ciudadanía alemana, se traslada a Berlín. Fiel a los principios de Marx y Engels, milita en el ala izquierda del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), confronta primero con el revisionismo de Bernstein y luego con el oportunismo de Kautsky, coincidiendo con Lenin en los debates de fondo del socialismo internacional.
“La cuestión básica del movimiento socialista ha sido siempre cómo mantener su actividad práctica inmediata en acuerdo con su objetivo final… Ahora si alguien nos propone que debemos ofrecer un intercambio -nuestro consentimiento al militarismo a cambio de concesiones políticas- entonces estaremos sacrificando los principios básicos de la lucha de clases por ventajas momentáneas, y estas acciones estarán basadas en el oportunismo”, supo escribir Rosa en 1898 en “El oportunismo y el arte de lo posible”.
Firme opositora a la guerra interimperialista en ciernes, coincidió con el gran socialista francés Jean Jaurés en impulsar, sin éxito, una huelga general europea contra la Primera Guerra Mundial.
En 1914, estallada la guerra con la complicidad del oportunismo en la socialdemocracia alemana, Rosa integra, junto con Karl Liebknecht, Clara Zetkin y Franz Mehring, el grupo Internacionalista que fundaría, en 1916, la Liga Espartaquista que, en 1917, integraría el Partido Socialdemócrata Independiente (USPD) y luego, en 1919, Partido Comunista de Alemania (KPD).
El 15 de enero de 1919, tras una fallida insurrección, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron capturados y salvajemente asesinados por paramilitares de derecha complotados con el gobierno del socialdemócrata oportunista Friedrich Ebert.
Es sabido que Rosa sostuvo intensas polémicas teóricas con Lenin sobre temas de Partido, Estado y la Cuestión Nacional. Y Lenin -que tuvo la razón en aquellos debates fundacionales- siempre la tuvo en alta estima y no dudó en reivindicarla como un “águila de las montañas”.
Qué mejor homenaje al Día Internacional de la Mujer, que reivindicar la memoria de una de las más trascendentales mujeres de vanguardia del movimiento obrero y revolucionario mundial.