A pesar del cumplimiento del aislamiento social obligatorio, el Partido no abandonó la iniciativa en los distintos frentes.
Responsabilidad y solidaridad fue la consigna principal para atravesar esta etapa novedosa e inesperada para muchos. El respeto por las medidas sanitarias que el Gobierno Nacional adoptó para minimizar los efectos de la pandemia debía ser una muestra más de nuestra lucha contra el neoliberalismo. Esa lucha que en lo cotidiano se expresa permanentemente en la calle mutó, y ahora, mostró su fuerza en la constancia del trabajo por medio de las herramientas tecnológicas a las que el contexto nos obligó a acudir.
Pese a las múltiples dificultades, la orgánica y el funcionamiento sistemático del Partido a nivel nacional se mantuvo y distintas iniciativas surgieron al calor del encierro. Las telereuniones se volvieron indispensables para la planificación y la discusión en cada célula, zonales y direcciones intermedias. Desde los secundarios hasta los centros culturales tuvieron una posición proactiva, y cada ámbito, lejos de esperar a que termine la cuarentena para activar, salió a sentar posiciones con variados métodos y acciones.
El frente de secundarios picó en punta con las teleconferencias y continuó con la organización de una biblioteca digital con textos que van desde las obras de Lenin y Fidel hasta el camarada Jorge Pereyra. Destinada a propios y extraños, la misma posibilitó la formación política a distancia tan importante en estos momentos para mantener viva la batalla de ideas y profundizar los principios por los cuales peleamos.
Los universitarios tampoco se quedaron quietos. Como PCCE Universidad (con el impulso de los y las compañeras de la UNDAV) nos plegamos al Twittazo Nacional contra las principales empresas de telecomunicaciones para que liberen los datos necesarios para el funcionamiento pleno de los campus virtuales con los que cuentan las universidades para dictar clases a distancia. De este modo la juventud universitaria pudo mantener en la agenda pública el reclamo más significativo del movimiento estudiantil como lo es el derecho básico al acceso a la educación.
En el plano social y territorial también se tomaron iniciativas para hacer frente a la crisis y sortear las dificultades que impone la cuarentena. En el Barrio Carlos Mugica de Retiro en Capital Federal, los camaradas lanzaron una campaña solidaria de donación de alimentos y artículos de limpieza que ayudara a garantizar las necesidades básicas de alimentación y sanidad a los vecinos y así incentivar la responsabilidad de quedarse en casa.
La cultura y la comunicación no se quedaron atrás y pusieron a jugar al máximo la creatividad y las herramientas digitales. Desde el Centro Cultural Mercedes Sosa de Vicente López articularon humor, política y televisión y lanzaron su primer capítulo de Choripandemia, un noticiero cómico y reflexivo filmado en plena cuarentena.
Por el lado de la comunicación múltiples iniciativas audiovisuales se pudieron apreciar en las distintas plataformas del Partido. Se destacó el trabajo que se realizó con Nuestra Palabra, adaptando su diseño habitual a formatos digitales como el newsletter para correo o mensajes de texto. También se realizaron videos con una entrevista al vicepresidente de la Sociedad Argentina de Virología, Víctor Romanowski, con la intención de aportar información a la prevención del coronavirus y al debate por los modelos económicos y sanitarios que nos atraviesan.
Hasta aquí solo algunas de las iniciativas que se destacaron durante estos días de aislamiento. Es por eso que queremos destacar la vocación militante que nuestro Partido mantuvo para continuar aportando a la lucha contra el neoliberalismo, incluso en cuarentena.