Pese al bloqueo y las agresiones, Venezuela es uno de los países mejor posicionado en el combate contra el COVID-19 en América Latina. Al igual que en Cuba, la organización popular y el nivel de conciencia son la clave.
Con 189 casos confirmados y 8 fallecidos (al 13 de abril), Venezuela ha logrado contener la expansión del nuevo coronavirus gracias a la “Cuarentena Social, Preventiva y Voluntaria” y ya es considerada un ejemplo para la región. Esta consiste en activar el Poder Popular a través de las comunas, en conjunto con las organizaciones sociales y el rol activo del Estado, para así contener el virus y mantener la economía básica funcionando. A diferencia de otros países, la voluntariedad de la cuarentena funciona gracias al nivel de conciencia y organización de base que tiene el pueblo venezolano, y a un Estado presente que mantiene desplegadas operaciones casa por casa en donde se atiende a la población en todos los aspectos (alimentación, salud, educación, etc). Incluso se pudo evitar la suspensión de las clases gracias al sistema de educación a distancia a través de internet y el apoyo escolar barrial, con el gobierno garantizando el contenido académico a cada familia.
Además de la cuarentena temprana que aplicó el país, hay que resaltar que Venezuela es el país que más tests realizó en toda Latinoamérica: al 13 de abril se realizaron 203.108 testeos, o 6.873 cada un millón de habitantes, superando por lejos al segundo país de Sudamérica con más testeos que es Chile, con 4.448 cada millón de habitantes (el peor en aplicación de tests es Brasil, con 296 por cada millón de habitantes). Hay que destacar que gran parte de los insumos médicos y sanitarios utilizados fueron donados por la República Popular China, que además mantiene una delegación de expertos, científicos y médicos que solidariamente colaboran con su valiosa experiencia de campo. Lo mismo sucede con las brigadas de médicos cubanos que siguen desplegadas en todo el territorio bolivariano.
La cuarentena venezolana, al ser voluntaria, permite a las Fuerzas de Seguridad enfocarse en sus roles correspondientes y no en la represión contra los que la violen, a diferencia de lo que sucede en otros países. Esto es particularmente significativo para las FF.AA., que se encuentran preparadas ante las amenazas de invasión de los Estados Unidos y contra la aplicación de un bloqueo naval (última amenaza anunciada por Donald Trump al acusar al país de narcoterrorismo). El fiscal general de EE.UU., William Barr, presentó estas acusaciones por supuestos vínculos con el narcotráfico contra el presidente Nicolás Maduro y otras 14 personas en tribunales de su país. A la vez, el fiscal del distrito sur de Nueva York, Geoffrey Berman, indicó que el objetivo del gobierno venezolano fue “inundar a EE.UU. de cocaína para socavar la salud y el bienestar del país”. Desde el Departamento de Defensa de EE.UU. se intentó involucrar a Cuba en esta supuesta red de narcoterrorismo. La acusación ya es de por sí ridícula, ya que las mismas estadísticas del país del norte indican que la cocaína que ingresa se produce mayoritariamente en Colombia, país aliado de EE.UU, e ingresa por vías terrestres. Incluso el mismo Trump cuestionó el año pasado la gestión del presidente colombiano Iván Duque en la lucha contra el narcotráfico, subrayando que “hay más drogas que salen de Colombia que antes que él fuera presidente”. Con esa lógica, deberían acusar a Duque y a Colombia en vez de a Cuba y Venezuela. Esta acusación del imperialismo fue denunciada por el país bolivariano como una nueva modalidad e intento de golpe de Estado y posible invasión. Desde Argentina, el presidente Alberto Fernández cuestionó la política de bloqueos por parte de EE.UU: “En este contexto, con una enfermedad desconocida, de la que nadie tiene el protocolo ni el medicamento de cura, lo que más deseo es que por lo pronto Trump termine con los bloqueos”, enfatizó.
Mientras el neoliberalismo está en decadencia en todo el mundo, los países socialistas y de tendencia antineoliberal son los que están demostrando los mejores resultados, no solo frente a la pandemia, sino también a la hora de superar dificultades económicas, sean bloqueos o deudas externas desproporcionadas. También son los que más demostraciones de solidaridad evidenciaron frente al mundo, con toneladas de donaciones y envío de médicos, en especial Cuba y la República Popular China, pero también la Federación Rusa y la República Socialista de Vietnam. “Ratificamos la voluntad de unir esfuerzos para construir un mundo más solidario, en el que el centro de nuestro esfuerzo sea el ser humano. El mundo está cambiando y nuestros pueblos iremos juntos, en vanguardia por amor a la humanidad”, manifestó Nicolás Maduro ante la llegada de médicos y científicos chinos al país el pasado 12 de abril.