APORTE EXTRAORDINARIO Y PRESUPUESTO 2021: Economía con orientación popular

Se avecinan en lo inmediato dos debates parlamentarios de gran importancia económica y política: el Aporte extraordinario de las grandes fortunas y el Presupuesto 2021, cuyos lineamientos principales el gobierno ya anticipó.

El Frente de Todos estima conseguir el dictamen para dar por iniciado el debate parlamentario respecto al Aporte Solidario y Extraordinario, más conocido como “impuesto a las grandes fortunas”, que supone una contribución por única vez en los patrimonios de las personas físicas más ricas del país. No exento de conflictos y del gran lobby del establishment, este proyecto de gran relevancia política está en agenda pública desde abril, en una clara muestra del complejo escenario de fuerzas en un contexto de urgencia económica, profundizada tras el advenimiento de la pandemia del coronavirus.

Según un informe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) los alcanzados con bienes computables por más de 200 millones de pesos al 31 de diciembre último, son 7438. A ellos se agregan otros 1860 que, si bien no presentaron declaración jurada por el año 2019, según lo declarado el año pasado contarían con un patrimonio que supera el umbral propuesto por el Aporte Solidario. De este modo, resultarían en total 9298 contribuyentes, que pagarán en promedio 33 millones de pesos cada uno. Los contribuyentes constituyen menos del 1 por ciento del total de quienes presentan anualmente la declaración del impuesto a los Bienes Personales, de los cuales se estima obtener una recaudación de 307 mil millones de pesos, cifra equivalente a un 1% del PBI.

Sin embargo, y honrando su identidad de clase, no todos los ricos se muestran accesibles a contribuir con el país. Buena parte de las grandes fortunas se encuentran a nombre de sociedades anónimas o fondos de inversión detrás de los cuales su identidad se pierde, y evaden de esta manera figurar en el listado y aportar lo que corresponde. Viejas estratagemas de los campeones de la evasión, que aprovechan el recoveco planteado en el propio proyecto de aporte solidario, que establece que sólo se cobra sobre las personas físicas y no sobre las jurídicas. Misma suerte corren las propiedades rurales, que suelen estar a nombre de sociedades. Por su parte, la mayor parte de dichos patrimonios, el 92% del total, son activos y bienes declarados en el exterior, por lo que serán gravados con una alícuota mayor.

El debate parlamentario será áspero, como ya lo viene mostrando el establishment a través de sus usinas, en las que garabatean todas las acusaciones posibles al gobierno. En el intento de contrarrestar el proyecto, llegan a definiciones irrisorias, como las vertidas por el presidente de la Coordinadora de Productos Alimenticios y vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, quien en declaraciones radiales aseguró que “tener 200 millones de pesos es tener un poco más que el promedio. Están estigmatizando a ese sector que llaman ricos, pero que no lo son”.

La pata política de los millonarios, el bloque de Juntos por el Cambio, anticipó que no acompañará el proyecto y es menester desarticular sus argumentos, que agitan el fantasma de una supuesta inseguridad jurídica que espantaría las inversiones, cuando omiten los anuncios de nuevos planes de inversiones millonarias en los últimos días por parte de importantes empresas como Unilever, Volkswagen, Peugeot, LG y Cervecería Quilmes.

Por su parte, el Ministro de Economía Martín Guzmán adelantó que ya está preparado el proyecto de ley de Presupuesto 2021, la “ley de leyes”, como se la conoce popularmente debido a su envergadura, que traza el destino que tendrán los recursos económicos en el año próximo. “El desafío del Gobierno es construir condiciones de estabilización para recuperar la economía con producción, empleo e inclusión social”, aseguró el funcionario sobre el proyecto que planea destinar un 65% de los recursos para el pago de jubilaciones y asignaciones sociales, programas alimentarios y de economía social, entre otros, y prevé que las exportaciones crecerán un 10,2%, y las importaciones en un orden del 16,3%.