Las dos batallas
La concentración popular del pasado 17 de octubre dejó un conjunto de elementos que creemos necesario analizar. En primer lugar, la composición: mucha gente suelta, identificada fundamentalmente con el peronismo kirchnerista, aunque también proveniente de diferentes identidades políticas o afinidades ideológicas. Hacemos esta precisión porque las generalizaciones nunca son buenas, menos aún para la acción política. Esa amalgama fue la que resistió al macrismo en las calles, la que se movilizó un 13 de abril a Comodoro Py para acompañar a Cristina, la que en 2008 confrontó (en minoría al principio) frente al intento destituyente de los sojeros. Este proceso de acumulación de fuerzas tuvo dos momentos icónicos: cuando la muerte de Néstor, y el 9 de diciembre de 2015, último día del segundo mandato de CFK. Esa composición, heterogénea, fue la que el 17 de octubre exigió atender la deuda interna y no el “inminente” acuerdo con el FMI. No es un aspecto menor, ya que es la movilización popular la que va a terminar definiendo en este tema.
Crece la presión para que se cierre un acuerdo con el Fondo. Esto significaría ajuste y devaluación. Lo dejaron en claro los yanquis a través del futuro embajador de Biden en nuestro país, Marc Stanley, quien declaró muy campechano que “la deuda es enorme” y que requerimos “un plan macroeconómico para encarrilar las cosas”. Lo dijo tras la presencia en los Estados Unidos de Manzur, Guzmán y Beliz. La corrida sobre el dólar ilegal (que presiona sobre el oficial) forma parte del mismo esquema extorsivo, que entronca además con el esmerilamiento del gobierno nacional de cara al 14 de noviembre. En esta discusión se juega el destino político del Frente de Todos. La elección legislativa acabará decantando el escenario en el que tendremos que actuar.
La otra gran batalla política es la de los precios, de los alimentos en particular. El congelamiento por 90 días dispuesto por la Secretaría de Comercio Interior a cargo de Roberto Feletti es una iniciativa correcta y necesaria. Ahora se plantea la lucha por su implementación, ya que los principales jugadores (COPAL, AEA, Cámara Argentina de Comercio y grandes cadenas de supermercados) avisaron que van a boicotear cualquier medida orientada al control de precios. Son criminales: en pleno pico pandémico no pararon de remarcar buscando asegurar sus márgenes de ganancias. El congelamiento es transitorio, no obstante es tiempo de meterse en serio a revisar toda la cadena de valor, abrir los libros contables de la empresas y poner un límite a tanto latrocinio contra los ingresos populares. Por otra parte, el gobierno puede y debe impulsar la comercialización de productos elaborados en la industria cooperativa, que por limitaciones en la distribución y logística no llegan a las góndolas. En la Argentina, hay cinco empresas que controlan el 90 por ciento de la producción de alimentos. Mientras esto no se rompa, seguiremos corriendo detrás de los acontecimientos.
Es importante destacar el cambio de actitud del gobierno en este tema, la disposición a dar la pelea con más decisión. El enemigo busca combinar crisis inflacionaria con crisis devaluatoria para poner al Frente de Todos contra las cuerdas. Luego del 14N arreciarán los ataques contra la coalición de gobierno no sólo desde afuera, sino también desde sectores que buscarán romper la unidad del FdT. Ya se dijo: sólo con lucha, movilización y organización popular podremos cumplir con los compromisos asumidos en 2019.
Al cierre de edición, millones de compatriotas recuerdan de diferentes formas a Néstor Kirchner en el 11 aniversario de su fallecimiento. Los y las comunistas del PCCE lo evocamos con admiración y respeto, y con la tranquilidad militante de haberlo acompañado sin vacilaciones desde el primer día de su presidencia. Más todavía cuando Fidel nos dijo desde las escalinatas de la Facultad de Derecho que “nuevos vientos soplaban en Argentina y en América Latina”. El ex presidente es un héroe de nuestro pueblo, no importa que cada quien se reconozca como peronista, comunista, radical, etc. Semanas después del 27 de octubre de 2010, Cristina analizó este fenómeno, al advertir cómo miles de jóvenes con “los puños en alto o remeras del Che” transitaron junto al féretro para despedirlo. Es importante tener presente esto, es un hecho objetivo y constitutivo del proceso de unidad popular que debemos construir para luchar por la segunda y definitiva independencia de nuestra Patria.