NICARAGUA
“Solo el voto puede derrotar a los conspiradores”
Los enemigos de Nicaragua se jugaron la carta de la abstención. Sin embargo, cuando se abrieron las urnas, se demostró que había votado el 65,34% del pueblo nicaragüense y que el Frente Sandinista había cosechado el 74,99% de las boletas en un país donde el sufragio no es obligatorio. Estados Unidos, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos prefirieron apostar por un boicot electoral en favor de unos autoproclamados precandidatos financiados por Estados Unidos y cuyo único fin es la desestabilización del país.
Muy por detrás del FSLN, quedó el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), del diputado Walter Martínez, con un 14,4% de los votos, cerca del porcentaje obtenido en 2016 (15,03%). A este partido han pertenecido los dos últimos expresidentes del país, Arnoldo Alemán (1997-2002) y Enrique Bolaños (2002-2007). El tercero en disputa ha sido Camino Cristiano Nicaragüense (CCN), del diputado y reverendo evangélico de las Asambleas de Dios, Guillermo Osorno, con el 3,44% de los votos. Camino Cristiano formó parte de la coalición que derrotó a Ortega y llevó al poder a Bolaños, y en las presidenciales de 2006 estuvo coaligado con el PLC.
Durante la campaña se formularon graves amenazas en un acto de feroz injerencia de los EE.UU. y el día de la votación se desarrolló en medio de presiones sin precedentes sobre las autoridades de Nicaragua para evitar el reconocimiento de los resultados. La estrategia antisandinista tiene su lugar en la OEA donde su Secretario General trata de repetir contra Nicaragua la operación llevada adelante en Bolivia. Como parte de las presiones la OEA reiteró “sus llamamientos anteriores para la liberación de todos los candidatos y presos políticos”. El organismo instruyó al “Consejo Permanente que realice una evaluación colectiva inmediata de la situación, de conformidad con la Carta de la Organización de los Estados Americanos y la Carta Democrática Interamericana, a ser completada a más tardar el 30 de noviembre y que tome las acciones apropiadas”.
En favor de la resolución se pronunciaron Argentina, Estados Unidos, Canadá, Brasil, Chile, Perú, Paraguay, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Uruguay, El Salvador, Granada, Guatemala, Guayana, Haití, Jamaica, Panamá, Surinam, Trinidad & Tobago, la Venezuela imaginaria de Guaidó, Antigua y Barbados, Dominica, Barbuda y República Dominicana. Siete países se abstuvieron: Honduras, México, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Belice, Bolivia y Dominica. Es lamentable la postura de la Cancillería Argentina que, por un lado, se declara a favor de la autodeterminación de los pueblos y se pronuncia en contra de las sanciones y por otro, vota junto a lo más reaccionario del continente las propuestas del mandadero Almagro dentro de este organismo desprestigiado y desacreditado.
Por su parte, EE. UU. ya avanzó con las presiones y continúa con su ofensiva contra el régimen Sandinista. El Departamento del Tesoro ha impuesto este lunes 15 sanciones contra el Ministerio Público y congeló los activos financieros de nueve altos ministros del gobierno de Nicaragua. La Asamblea Nacional nicaragüense rechazó de plano la actuación injerencista de la OEA sobre Nicaragua
Lo cierto es que la noche después de la votación, las calles de Managua y otras ciudades se vistieron de fiesta con las banderas rojinegras del FSLN y en medio de fuegos artificiales, música y baile, el pueblo festejó hasta altas horas de la madrugada la victoria sandinista. En un discurso dirigido a la nación, Ortega había dicho que “solo el voto puede derrotar a los conspiradores que no quieren la paz y han sembrado de odio y muerte el país”. “Estamos realizando estas elecciones (…) donde hay que decidirse por el terrorismo, la confrontación, la guerra, o la paz”, afirmó el comandante Daniel.