MÉXICO NACIONALIZA EL LITIO Y LA DESTILACIÓN PETROLERA

El “oro blanco” y la soberanía nacional 

Por Rodolfo G. Módena

El litio sirve para hacer baterías. Esas baterías se necesitan para teléfonos móviles, placas solares y electromovilidad, léase vehículos eléctricos. O sea, estamos ante un mineral valioso, que puede reportar importantes recursos a los Estados que tengan reservas y sepan explotarlas. Tres de los países con mejores perspectivas para beneficiarse de este producto están en Sudamérica, y de hecho componen lo que se ha dado en llamar el “triángulo del litio”. Se trata de Argentina, Bolivia y Chile, que concentran nada menos que el 85 por ciento de las reservas mundiales de “oro blanco” conocidas.
Pero la gran noticia es que, emulando el ejemplo boliviano del gobierno de Evo Morales, México le apuesta al Estado para desarrollar la industria del litio. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no da tregua en su combate por estatizar los recursos naturales del país. Apenas dos días después de su fracasado intento de dar marcha atrás a la apertura del sector eléctrico, logró que el Parlamento aprobara en tiempo récord su reforma minera.
El Senado de México aprobó este 19 de abril de 2022, la iniciativa presidencial para nacionalizar al litio, con lo que se completa el proceso legislativo y este mineral -vital para las nuevas tecnológicas- será explotado en adelante exclusivamente por el Estado.
El corazón de la nueva legislación publicada el 20 de abril de 2022, gira alrededor del litio. La exploración y la explotación de ese mineral fueron decretadas de “utilidad pública” y se creará un organismo público para su gestión. Con este modelo estatal, inspirado en el ejemplo boliviano, México entra a la batalla por la movilidad de futuro.
La iniciativa considera al litio como patrimonio de la nación y deja su explotación y aprovechamiento en manos de una empresa del Estado, sin participación de privados, sean nacionales o extranjeros.
“El litio es un mineral estratégico que debe quedar bajo el dominio de la Nación”, dijo AMLO y agregó, “Nosotros no podemos dejar ese mineral estratégico al mercado”.
México tiene proyectos de litio en fase exploratoria, pero según analistas aún se debe determinar su rentabilidad y podría tomar tiempo su explotación. En México, el litio no es fácilmente accesible en salares como en el altiplano de Argentina, Chile o Bolivia, sino que se encuentra en rocas arcillosas que habrá que fracturar, para luego separar con procesos químicos.

El gobierno neoliberal anterior otorgó al menos ocho contratos de concesión a firmas privadas. López Obrador anunció que estas concesiones serán revisadas: “Vamos a ir desarrollando la tecnología (para explotarlo), o se adquiere, pero el litio es nuestro”, subrayó de manera contundente ante ciertos cuestionamientos de la oposición neoliberal.
Por su parte, la Secretaria de Energía de México, Rocío Nahle García, ante la requisitoria periodística sobre si el Estado podía hacerse cargo del asunto sin la participación de la empresa privada, respondió: “Cuando Lázaro Cárdenas, en 1938, dice: ‘a ver, me voy a quedar con el petróleo, vamos a expropiar el petróleo’, en ese momento se decía lo mismo que usted está diciendo, ‘cómo le van a hacer, de dónde van a agarrar dinero, quién lo va a hacer, no estamos preparados’, y esa decisión, por ocho décadas, nos dio riqueza, nos dio escuelas, nos dio hospitales, nos dio caminos, nos dio preparación, esencia, etc. El litio va a ser igual, sin duda, y yo creo que va a ser más rápido”, expresó.

EL “ORO NEGRO” Y LA SOBERANÍA ENERGÉTICA

La otra gran noticia de estos últimos días, para la causa de la soberanía mexicana y latinoamericana, es la decisión de AMLO de alcanzar la autosuficiencia energética del país azteca. 

En efecto, México dejará de exportar petróleo crudo en 2023, lo destilará la estatal Petróleos Mexicanos (PEMEX) y se dedicará a satisfacer el consumo del mercado interno. Así lo hizo saber el director de PEMEX, Octavio Romero Oropeza, mientras que el presidente AMLO anunció: “Prácticamente el 100% del crudo mexicano se va a refinar en nuestro país para garantizar el abasto de los combustibles”. 

El director de PEMEX presentó un informe especial sobre las 10 acciones que realiza la petrolera para cumplir con la “transformación energética” del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se ha comprometido con el objetivo de la “autosuficiencia”. El funcionario mostró que cuando empezó la Administración, en diciembre de 2018, se producían 1,71 millones de barriles diarios, una cifra que ahora está en 1,75 millones y que en 2024 promete elevar a 2 millones.

También exhibió que al llegar se procesaban 506.000 barriles y se exportaban 1,19 millones al día, una proporción que en 2021 ha cambiado a 714.000 barriles procesados y 1,01 millones de exportados. “Ya para el 2023 y el 2024 prácticamente toda la producción de Pemex se va a procesar, se va a refinar”, aseguró.

Además, la Secretaria de Energía, destacó el incremento de “la capacidad de refinación de Pemex con la rehabilitación de las seis refinerías existentes, la incorporación de la planta Deer Park en Houston, Texas, y la construcción de la refinería Dos Bocas” en el sureste del país. 

Hasta ahora, la mayor parte del crudo mexicano se exporta y se procesa en destilerías de los Estados Unidos, para luego ser importado como naftas y otros derivados con alto valor agregado. AMLO dijo al respecto: “es como si exportáramos naranjas e importáramos su jugo”, confrontando así con la vieja lógica neocolonial del imperialismo y sus lacayos neoliberales locales.