COMERCIO EXTERIOR

Ganancias financieras y estafas

En las últimas semanas, la Aduana registró y denunció que casi 800 empresas privadas de nuestro país sobrefacturaban importaciones y subfacturaban las exportaciones. Es decir, modificaban los costos en grandes porcentajes y cobraban cifras en dólares inimaginables que no coincidían con los productos en cuestión. 

Guillermo Michel, Director General de Aduanas, explicó que esas empresas mantienen vínculos societarios y comerciales, comparten domicilios y datos con proveedores internacionales. De esa manera, crean un “rulo de importaciones”: declaran ingresos a nuestro país sumamente más altos a los reales para esconder -ilícitamente- esos vueltos (a precio oficial) en paraísos fiscales (al valor del dólar financiero). No estamos hablando de sumas imperceptibles u operaciones difíciles de revelar. A partir de las investigaciones, la Aduana declaró que una sola empresa importó mercadería a un valor de USD 563.000, mientras que el precio declarado en las operaciones fue de USD 4.120.000. La sobrefacturación total estimada fue un 730%. De igual manera se manejan otras 799 compañías. Una estafa al fisco. Un robo a todo el pueblo argentino.

Como vimos en ediciones anteriores de Nuestra Palabra, el 70% de las ventas al exterior de nuestra economía las controlan sólo 200 empresas, en tanto que el 75% de las importaciones dependen de unas 600 empresas. Ahora bien, ¿qué ocurre con estas últimas? Ingresan al país mercadería que no funciona a un precio que no existe. En Tierra del Fuego, por ejemplo, una empresa declaró la importación de placas de video cuando en realidad era chatarra de aluminio, comúnmente llamada “basura electrónica”. Así, identificaron más de 13.600 maniobras más. 

Controlar el uso de las divisas y evitar la pérdida de dólares del país implica enfrentarse a grandes monopolios que delinquen para su propia ganancia financiera. Frente a este escenario, recuperar la referencialidad de los precios, regular y sancionar a las grandes empresas son las únicas opciones para apostar a un modelo de producción y empleo nacional. Estas son luchas que sólo pueden concluirse con organización y voluntad política.