CON MOVILIZACIÓN POPULAR

Todxs con Cristina

El imperialismo norteamericano busca recuperar posiciones en nuestro continente, en particular frente a la creciente influencia de China popular. La tendencia general es de avance para los pueblos, por lo tanto adversa para sus intereses. La Argentina es un enclave estratégico, pero tienen un problema persistente: Cristina y la sólida adhesión que concita en las grandes mayorías. Es el dique de contención. La antesala del pedido de prisión y proscripción de la compañera fueron las temerarias declaraciones de Marc Stanley, embajador de los EE.UU., respecto de la importancia (para ellos) de los recursos naturales de nuestro país -petróleo y litio en particular- y la urgencia de armar (ahora mismo) un gobierno de coalición en función de esos expresos objetivos.
Corrió mucha agua (y sangre) en nuestra Patria hasta la irrupción de un liderazgo que calara hondo en las masas. Después de la dictadura genocida, del genocidio social del neoliberalismo y la crisis del 2001 ¿quién (de los de a pie) prendía la tele o la radio para escuchar a un dirigente político durante más de diez minutos? Si era mujer, menos todavía. Néstor primero y Cristina después, revirtieron esa apatía. Los yanquis no tienen otra: para avanzar en la Argentina, con perspectivas de continuidad, la tienen que sacar de la cancha. La primera reacción popular fue espontánea y fue fundamental, con miles que nos convocamos en su domicilio y frente al Senado. Mayoritariamente militancia organizada. El objetivo ahora es movilizar a los cientos de miles en todo el país, no organizados, que están dispuestos y dispuestas a poner el cuerpo por la única esperanza para nuestro pueblo en las actuales condiciones históricas.
El camino es la movilización popular. Así se expresó masivamente en la jornada de lucha del pasado 17 de agosto convocada por las centrales sindicales contra los formadores de precios, los especuladores y los popes de la desestabilización. Las diferencias públicas en el seno de la CGT imposibilitaron una foto única de toda la concurrencia, no obstante fueron miles y miles las y los trabajadores que salieron a las calles. Fue inequívoco el pedido a Alberto Fernández para que “ponga lo que tiene que poner”, para que frene el drenaje de reservas vía fuga de divisas, para que defienda el poder adquisitivo de los salarios, de mínima conteniendo los aumentos criminales en la canasta básica.
Está claro que desde el 22 de agosto el eje principal de la acción política en la Argentina pasa por la defensa de Cristina. Pero hay que explicar, en el movimiento de masas, por qué es así. Reproducimos textual: “A los que sí les pasan cosas es a los argentinos que no tienen guita, que no les alcanza nada. Por el endeudamiento que tuvimos y por cómo destruyeron lo que durante 12 años pudimos construir. Dónde piense, cómo piense, ningún argentino puede decir que no se vivía mejor que ahora y que se había vivido mejor que nunca hasta ese momento. Por eso pide el fiscal 12 años. Los 12 años del mejor gobierno que tuvo la Argentina en las últimas décadas. El de Néstor Kirchner y mis dos mandatos. Y lo digo con números. ¿Por qué nos piden 12 años? Uno por la memoria, otro por la verdad, otro por la justicia, otro por el Fondo, otro por las AFJP, otro por YPF y Vaca Muerta, otra por el endeudamiento, otra por el salario de los laburantes. Cuando me fui, los laburantes se llevaban el 51,8% del PBI y el resto era para los empresarios. Ahora ni hablar de cómo estamos. Por eso me van a estigmatizar, por eso me van a condenar. Y les quiero decir algo. Si naciera 20 veces, 20 veces haría lo mismo”.
En su defensa por redes sociales, Cristina dejó todos los elementos para dar la discusión, estrechamente vinculada a los problemas que todavía atravesamos. La acción política está en nuestras manos.