Cristina Kirchner retornó al escenario político respaldada por una inmensa movilización de más de 300 mil compatriotas. Se dirigió a la militancia y al país llamando a la unidad, y dejó en claro que será protagonista en la organización del movimiento popular que resiste al ajuste: “Me pueden meter presa, pero no pueden hacer que deje de decir lo que pienso”.

La compañera Cristina reapareció con un impulso popular arrollador en las calles, para presentarse a indagatoria ante la Justicia, en el marco de una causa armada por el Partido Judicial y el gobierno de Mauricio Macri que tiene la finalidad última de encarcelarla y evitar la reorganización de las fuerzas populares bajo la figura de la ex presidenta. Desde su salida a la tarde del lunes de la localidad santacruceña de El Calafate, pasando por su llegada al Aeroparque y la movilización en apoyo en Comodoro Py, todo el recorrido estuvo signado por las muestras incondicionales de cariño y respaldo y confirmaron lo que todo el país sabe: que los sectores populares y los trabajadores, los que más estamos sufriendo el salvaje ajuste propiciado por el macrismo, apoyamos a CFK como referente frente a las políticas neoliberales del gobierno nacional.

La ex mandataria se presentó ante el juez Claudio Bonadío (uno de los mayores operadores del Grupo Clarín y nexo del gobierno de Macri en la Justicia) para cumplir con el pedido de indagatoria y entregó un escrito en el que aclaró que su convocatoria, en el contexto de la causa de la operatoria de dólar a futuro realizada por el Banco Central en su mandato, es una movida política del macrismo para tapar el escándalo de corrupción de Macri y su entorno en los “Panamá Papers”, para deslegitimar al kirchnerismo y evitar que el foco de la opinión pública se centre en los aumentos constantes de precios, los despidos en el ámbito público y privado y el ajuste salvaje en las tarifas de servicios y transporte público.

Durante el martes se pudo apreciar en todas las rutas del país las caravanas de micros y autos particulares que se movilizaban desde las provincias hacia los tribunales de Retiro. Innumerables muestras del apoyo, la gratitud y la memoria del pueblo organizado para con la presidenta que encarna las conquistas colectivas de los últimos doce años.

Luego de su presentación frente a Bonadío -que incluyó la acusación de prevaricato contra el juez, un delito hecho por una autoridad que realiza una acción arbitraria, sabiendo que es injusta-, CFK salió a las puertas de Comodoro Py, donde la esperaba una manifestación de cientos de miles de personas en su apoyo. “Quiero que estén todos tranquilos. Me pueden citar veinte veces más, me pueden meter presa, pero no me van a poder callar”, comenzó su discurso la ex presidenta, y los presentes estallaron en un grito de júbilo y emoción.

En su discurso, Cristina recorrió la historia de los gobiernos que vinieron luego de los movimientos populares en el poder -ya sea vía golpes de Estado o elecciones democráticas–, en los cuales se persiguió a los líderes políticos con argumentos “moralistas” contra la corrupción pero que buscaban borrar a los movimientos de masas del escenario político y someter a los trabajadores a un proyecto de explotación y pérdida de derechos. Convocó a un gran frente ciudadano que se organice férreamente en torno a la defensa de los derechos obtenidos durante 2003-2015 y en el que las diferencias partidarias queden de lado. Ése es el gran objetivo a llevar adelante contra el mandato neoliberal, para frenar la restauración conservadora que pretende arrasar con todo lo conquistado en materia de derechos para los más desprotegidos. “Es importante unirse”, dijo CFK cerrando su alocución, “y no se preocupen por mí. Ustedes saben que voluntaria y explícitamente renuncié a tener fueros. Se cansaron de decir que iba a pedir un puesto o un cargo. Pero no los necesito, porque tengo los fueros del Pueblo”. Volvió Cristina con todo, haciendo una demostración pública de apoyo popular y marcándole la cancha al gobierno, a los medios, a los dirigentes que transaron con las corporaciones, al Partido Judicial. Una buena noticia para el campo popular y un cambio en la agenda política que puso nervioso al poder real.

Volvió Cristina: una buena noticia para el campo popular y un cambio en la agenda política que puso nervioso al poder real.