VILMA ESPÍN

Heroína cubana

Ya de estudiante universitaria, desde 1952, se incorporó a la militancia contra la dictadura de Batista, adhiriendo a la Acción Nacional Revolucionaria fundada por Frank País, que pronto se sumaría al Movimiento 26 de Julio (M-26) liderado por Fidel Castro.

Graduada de Ingeniera Química Industrial en la Universidad de Oriente, realizó un postgrado en Estados Unidos, en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) de Boston.

Como dirigente del M-26 participó activamente del movimiento revolucionario que, desde la Sierra Maestra, acabaría con la dictadura y proclamaría el socialismo en Cuba, tanto como enlace con el movimiento clandestino en Oriente, en tareas de coordinación, abastecimiento y logística en general, o como guerrillera del Segundo Frente Oriental “Frank País” comandado por Raúl Castro.

Tras el triunfo de la Revolución se desempeñó en diversas responsabilidades: fundadora y presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba, así como del Comité Central y del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.

En 1959 contrajo matrimonio con Raúl Castro, con quien tuvo cuatro hijos y convivió hasta que, tras padecer una grave enfermedad, la muerte la alcanzó un 18 de junio del año 2007.

Entre sus tantas condecoraciones se destacan el “Premio Lenin de la Paz” (1977-1978) otorgado por el Soviet Supremo de la URSS, el título de “Heroína de la República de Cuba” (2001) entregado por Fidel Castro, y la “Orden Francisco de Miranda” (2001) entregada por el presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías.

El pasado 7 de abril, con motivo del 86º aniversario del nacimiento de Vilma Espín, el Líder Histórico de la Revolución, próximo a cumplir sus 90 años, hizo una sorpresiva aparición pública para rendirle homenaje a su camarada y cuñada.

Fidel se hizo presente en el Complejo Educativo “Vilma Espín Guillois” de La Habana y frente a niños y maestros dijo: “Yo estoy seguro que un día como hoy Vilma estaría muy contenta. Estaría viendo por qué sacrificó su vida, porque el que muere luchando por la Revolución va dejando energías por el camino”.

R.G.M.