UNA PLAZA COLMADA

Grandes adversidades, grandes acciones

El pasado 10 de diciembre se convocó al pueblo a una gran manifestación en Plaza de Mayo para celebrar el Día de la Democracia y los Derechos Humanos (a 38 años del fin de la última dictadura cívico-militar). A partir de las tres de la tarde, comenzaron a llegar columnas con miles de militantes de diversos partidos políticos (entre ellos el PCCE) y movimientos sociales, además de gran cantidad de gente suelta, la mayoría avanzando desde la Avenida 9 de Julio y la Avenida de Mayo. Se calcula una concurrencia durante todo el día de por lo menos 250 mil personas. A la vez que diversos artistas animaban a la multitud desde el escenario, y se iba llenando la plaza, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el presidente Alberto Fernández se encontraban reunidos en el despacho presidencial de la Casa Rosada con el ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva (los tres habían cenado el día anterior en la Quinta de Olivos). Al terminar la reunión se dirigieron al Museo del Bicentenario, dentro de la misma Casa Rosada, para la entrega de los premios Azucena Villaflor, otorgados a personalidades comprometidas con los DD.HH. También estuvo presente el ex presidente uruguayo José “Pepe” Mujica y las referentes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, Taty Almeida y Estela de Carlotto, quienes recibieron el premio, entre otrxs.

En la Plaza se encontraban también varios dirigentes del Frente de Todos (FdT), como el diputado nacional y presidente del bloque oficialista en la Cámara Baja, Máximo Kirchner, quien puso en valor el desendeudamiento durante la presidencia de Néstor y Cristina. “A finales de 2005 pudimos cancelar la deuda con el FMI de 9.800 millones de dólares. Lo hicimos junto a Brasil, por eso Lula tiene con Argentina un fuerte lazo. Fue un proceso, si bien no perfecto, mucho más virtuoso que lo que trajeron después las derechas a Latinoamérica”, declaró ante las cámaras.

Ya pasadas las siete de la tarde, y ante la ovación del pueblo, ingresaron al escenario quienes serían los oradores del acto: Alberto Fernández, la compañera Cristina (sin lugar a dudas la más ovacionada), Lula y el “Pepe” Mujica. Tras un breve saludo del ex presidente uruguayo, quien llamó a cuidar la democracia, fue el turno de Lula, quien se guardó el discurso que tenía preparado e improvisó su elocución en un casi perfecto español. “Yo tuve le felicidad de gobernar Brasil en el periodo en que Néstor y Cristina gobernaron Argentina. Tuve la oportunidad de gobernar Brasil cuando Chávez era presidente de Venezuela, Evo Morales de Bolivia y Tabaré -y después Pepe Mujica- de Uruguay. Yo tuve la felicidad de gobernar cuando Lugo fue presidente de Paraguay y Rafael Correa en Ecuador. Fue el mejor momento de la democracia de nuestra Patria Grande y de nuestra América Latina”, afirmó con contundencia. También reivindicó la fundación de UNASUR, el No al ALCA y la creación de la CELAC (esta última con Cuba socialista y sin EE.UU. ni Canadá). Además, se solidarizó con CFK por la persecución mediático judicial que viene sufriendo, de la que él mismo fue víctima al haber sido encarcelado sin prueba alguna por un turbio juez que luego sería ministro de Bolsonaro. Al finalizar, Lula le cede la palabra a la oradora más esperada del día, la compañera Cristina. 

Su discurso comenzó agradeciendo a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que, junto a nuestros soldados combatientes y caídos en Malvinas, fueron los que lograron darle el puntapié final a la dictadura genocida y recuperar la democracia. Recordó cómo el día en que cayó Puerto Argentino en las Islas, el pueblo llenó la Plaza de Mayo para decirle NO a la dictadura. Ante el canto de la multitud de “Néstor no se murió. Néstor vive en el pueblo”, Cristina rememoró también como en el Bicentenario de la Patria, los presidentes de Latinoamérica caminaron junto al pueblo por la Plaza de Mayo sin vallas ni dispositivos de seguridad. El mismo pueblo era la seguridad ese día. Un día que quedará en la épica de la historia argentina, no solamente por aquel simbolismo, sino porque fue una época de crecimiento económico, conquista de derechos, industrialización, recuperación de sectores privatizados y mejora de todos los indicadores sociales: lo que llamamos la década ganada en Argentina, pero que también lo fue para otros países con gobiernos populares y de izquierda en la región. El tema central en el discurso de la CFK fue, como se esperaba, el tema de la deuda en su contexto histórico. El desendeudamiento en la década ganada fue tal que representó la reestructuración con quita de capitales e intereses más grande de la que se tenga memoria. Lo que está en juego hoy es la capacidad política del gobierno en enfrentar al FMI, como pudimos hacerlo en el pasado. En su discurso, Alberto prometió no negociar nada que ponga en compromiso el crecimiento del país, en donde estamos creciendo a tasas del 10% del PIB anual. Debemos luchar por hacer cumplir esa promesa: primero la deuda con el pueblo argentino antes que con el Fondo. 

CFK

  • Luego de 12 años y medio de gobierno, en este mismo lugar, hace exactamente seis años, pudimos culminar con una Plaza que desbordaba y llegamos con un país donde la desocupación apenas era del 5,9%. Donde además teníamos el endeudamiento en moneda extranjera más bajo que se recuerde. Que no se hagan los giles, esos que van a los canales de televisión a dar números a la bartola… Bajamos la deuda en dólares, le pagamos al Fondo, dejamos el salario mínimo vital y móvil en dólares más alto de Latinoamérica, la jubilación más alta de Latinoamérica y además -y esto no lo digo yo- lo recuerdo de un informe del Banco Mundial allá a fines del 2012, duplicamos la clase media. Sí, le pese a quien le pese, en 10 años, del 2002 al 2012, duplicamos la clase media en la Argentina. Por más que algunos lo renieguen, no les guste, huela mal… que no me vengan con pavadas.
  • Permítame compañero Presidente ser un poco desconfiada. ¿Sabe qué pasa? El Fondo Monetario Internacional ha vivido condicionando a la democracia argentina. No es de ahora, recuerdo cuando el presidente Alfonsín asumió la presidencia un 10 de diciembre como hoy hace 38 años con un país que había quintuplicado su deuda externa, sin reservas en el Banco Central, con asonadas militares cada tanto, con 30.000 desaparecidos… Y en el año 89, el Fondo, con presiones y demás, le soltó la mano al gobierno democrático de Alfonsín y no pudo terminar su mandato. Alfonsín había recibido la deuda externa estatizada. Era de los privados y a fines del 82, antes de irse, los milicos le dejaron el regalito de la deuda externa privada, estatizada. Y en el 2001 también, a otro presidente radical, el Fondo le soltó la mano y vino la crisis del año 2001. El partido centenario (UCR), que hoy es parte de la oposición… el FMI le tumbó dos gobiernos democráticos. ¡Despabílense muchachos!
  • Pero al que no se la soltaron fue al que vino después que nosotros. A ese le pusieron toda la tarasca, 57.000 millones de dólares para que pudiera ganar las elecciones. Es hora de que nos despabilemos todos los argentinos, a quién le pone la guita el Fondo y para qué se la ponen. E insisten con modelos y políticas que no dieron resultado, que fracasaron. Porque lo intentaron hacer durante la dictadura, no había sindicatos, no existían los partidos políticos, no había huelgas y capotaron igual. Y lo volvieron a hacer ya sin la necesidad de recurrir a un golpe sino democráticamente. Lograron llegar al gobierno democráticamente para endeudarnos una vez más. Y tampoco les dio resultado. ¿Por qué entonces de una buena vez por todas no se dan cuenta que los programas de hambre, que las políticas de ajuste pueden ser impuestas durante un tiempo pero que finalmente siempre colapsan?

ALBERTO FERNÁNDEZ

  • No somos los que no queremos pagar, somos los que nos hacemos cargo de las deudas que los sinvergüenzas nos dejan a nosotros. Cristina decía que el Fondo les soltó la mano (a los gobiernos radicales). No vamos a firmar nada que signifique poner en peligro el crecimiento de la Argentina. Si el Fondo me suelta la mano, voy a estar de la mano de cada argentino.
  • La Argentina del ajuste es historia. Recuerdo hace dos años, antes de la pandemia, que no teníamos previsto negociar la deuda irresponsable que nos dejó el macrismo. Hoy si estamos en condiciones de negociar, al haber ahorrado 35 mil millones de dólares de deuda privada. Y además, a pesar de todo, seguimos avanzando en derechos… Ahora nos queda terminar las discusiones con el FMI, pero me voy a tomar el tiempo que haga falta para garantizar que el acuerdo que se firme nos sirva a los argentinos. Y para que nos sirva, hace falta que el crecimiento del 10% del PIB de hoy no se detenga. Yo les prometo, mirándolos a los ojos, que el año que viene haré todo lo que esté a mi alcance para que la distribución del ingreso se mejore, se corrija, y que los salarios crezcan sin que las ganancias queden en los bolsillos de unos pocos.
  • Hace dos años les propuse tomar un camino, trabajar por más igualdad y justicia social. Quiero decirles que no he abandonado ese camino y espero que todos los argentinos nos sumemos a esa marcha. Esta Argentina no la arregla Alberto o Cristina, esta Argentina la arreglamos entre todos. ¡Nadie se salva solo! Quiero confirmar el contrato que hace dos años firmamos en esta plaza, Cristina y yo. No vamos a defeccionar en nada de lo que prometimos aquel día. Vamos a hacer todo lo necesario para que la pobreza y hambre vayan desapareciendo de Argentina y que cada argentino tenga un empleo digno. Lo mismo la educación púbica que nos dejaron en un nivel de vergüenza en 2019.