EDESUR

Avanzar a la estatización

Frente a los diversos y prolongados cortes de luz en el AMBA durante el último mes -y en una de las olas de calor más extremas en décadas-, el gobierno nacional decidió intervenir la empresa Edesur, un símbolo de las privatizadas durante el menemato neoliberal. Desde el Ente Nacional de Regulación de la Electricidad (ENRE) se advirtió de la grave situación producto de los cortes y de la necesidad de sostener la intervención de la empresa por 180 días. Al mismo tiempo, el gobierno nacional decidió denunciar penalmente a la privatizada y a sus directivos por abandono de personas, entre otros delitos. La operación de la empresa, que deberá controlar, fiscalizar, monitorear y agilizar mayores inversiones y reparaciones, quedó a cargo del compañero Jorge Ferraresi, ingeniero de la UTN e intendente de Avellaneda.

UN POCO DE HISTORIA. Edesur es actualmente propiedad de la empresa italiana ENEL y fue creada luego de la destrucción y privatización de la estatal SEGBA en 1992, cuya concesión del servicio se le entregó de forma disparatada a los privados hasta el año 2087. Se cumplía con la siniestra regla de aquel gobierno neoliberal que, en palabras del Ministro de Obras Públicas de entones, Roberto Dromi, decía: “Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado”. Así, como Segba, fueron cayendo decenas de empresas a la ola privatista: Somisa (hoy Techint), YPF, ferrocarriles, Aerolíneas, Astilleros, diversas ramas de Fabricaciones Militares, el Banco Hipotecario, entro otras.

POR LA ESTATIZACIÓN. Si bien la intervención de la empresa fue un paso inicial correcto, sobre todo teniendo en cuenta que es un servicio público escencial, la realidad es que la solución de fondo solo puede pasar por su recuperación por parte del Estado. Décadas en manos privadas demostraron que, además de funcionar mal, sus accionistas la utilizaron para ocultar sus balances y fugar divisas al exterior. Es falso el discurso empresarial y neoliberal de que la empresa funciona a pérdida. Si esto fuera así, ya se habrían ido del país hace décadas. La realidad es que cuando los gobiernos populares subsidiaban las tarifas eléctricas, lo que hacía Edesur era obtener ganancias igual, no invertirlas como corresponde y fugar divisas; y cuando Macri les dolarizó las tarifas mediante aumentos superiores al 3.000%, las ganancias pasaron a ser extraordinarias, la fuga se incrementó y la “inversión” siguió estancada. Por eso nos preocupan algunos planteos de que una estatización depende de lo que diga el Poder Judicial o la auditoría del ENRE. Estas dilaciones solo son funcionales al actual proceso de vaciamiento por parte de Edesur, cuya finalidad es entregarle la empresa en bandeja a alguna otra multinacional o incluso al entramado empresarial macrista de Nicolás Caputo. Debemos aprender del error que se cometió con Vicentin y no gobernar en base a lo que el partido judicial nos deje o no nos deje hacer. Debemos luchar por una estatización de la empresa que busque limpiar tantos años de corrupción privada, con apertura de balances y costos, y con vistas a un sistema eléctrico nacional eficiente y unificado en todas sus ramas: generación, transmisión y distribución.

Debemos luchar por una estatización de la empresa con vistas a un sistema eléctrico nacional eficiente y unificado en todas sus ramas: generación, transmisión y distribución.