UN NUEVO MUNDO

Desdolarización y fin de la era unipolar

China popular está escribiendo un nuevo conjunto de reglas, creando un nuevo tipo de “globalización” a través de instituciones como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el grupo Brics+ de economías emergentes y la Organización de Cooperación de Shanghái, una alianza de seguridad colectiva de ocho países. La política exterior de China, en gran parte, se basa en el accionar desde espacios multilaterales en el que intervienen actores estatales, armando una extensa red de participación. En el ámbito financiero, proponen un sistema de comercio realmente multilateral, que pueda salvaguardar la solidez y sostenibilidad del crecimiento mundial.

La ruptura del orden unipolar afecta al sistema monetario internacional. Desde Bretton Woods el dólar desempeña las funciones financieras básicas, tanto como medio de pago para el comercio internacional, como indicador de reservas internacionales. El dólar es el látigo para el control de las finanzas mundiales, es el arma para disciplinar a los díscolos a través de sanciones y deuda y sostener una economía inmersa en una larga crisis.

Con la expansión de los Brics más allá de Brasil, Rusia, India y China, la desdolarización de los flujos comerciales está expandiéndose. Durante el año pasado, China e India pagaron las materias primas rusas en renminbi, rupias y dirhams de los Emiratos Árabes Unidos. India ha lanzado un mecanismo de liquidación de rupias para su transacción internacional, mientras que China solicitó a los países del Consejo de Cooperación del Golfo que hagan pleno uso de la Bolsa de Petróleo y Gas Natural de Shanghái para la liquidación de operaciones de petróleo y gas en renminbi durante los próximos tres a cinco años.

El punto de inflexión fue la visita de Xi Jinping a Arabia Saudita y la cumbre China-Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) en diciembre del año pasado. El establecimiento de “un nuevo paradigma de cooperación energética” que abarque todas las dimensiones, en el cual “China continuará importando desde los países del CCG grandes cantidades de crudo a largo plazo y comprará más gas natural licuado”, toda vez que fortalecerá la sinergia en los sectores servicios de ingeniería, almacenamiento, transporte y refinación de ambos recursos. Estas, básicamente, son las claves del encuentro con el que se oficializó la emergencia del petroyuan en oposición al petrodólar en materia de intercambio comercial internacional.

Multipolaridad y desdolarización son apuestas consustanciales. Bajo “el nuevo paradigma” de cooperación, cuyos intercambios no se circunscriben a transacciones básicas sino a acuerdos estratégicos entre Estados, se abordan todas las esferas posibles de interacción, con énfasis en controlar los procesos de intermediación industrial -algo que fue propiedad exclusiva de Europa y Estados Unidos-, y el valor agregado básicamente “se queda” en los países.

Además, los esquemas de préstamos y apoyos financieros también se hacen fuera de las instituciones de Bretton Woods. A través de las CBDCs (las monedas digitales del banco central) se están entrecruzando los bancos centrales de los Brics para replicar el sistema de correspondencias bancarias sobre la que se mueve el sistema del dólar estadounidense, con consecuencias potencialmente letales para la supremacía de esa moneda.

Las amenazas del multipolarismo al dólar se potencian por los crecientes desequilibrios macroeconómicos en los EE.UU. y el inminente estallido de una crisis gestada por la brecha entre el incremento de la deuda y el de la economía real. Los intereses de la deuda que representaban el 6% del presupuesto norteamericano en 2021, ascendieron al 15% del gasto estatal entre octubre y diciembre del 2022. La deuda de 31.4 billones (trillones) de dólares representaba el 124% del PBI norteamericano. De esta forma distintos fenómenos erosionan al valor del dólar y minan la capacidad que los Estados Unidos tienen de imponer sanciones económicas.