El primero de enero, en su discurso de año nuevo, el presidente de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), Kim Jong-Un, instó a los Estados Unidos abandonar su retórica belicista y sus ejercicios militares en la frontera con el sur, al tiempo que llamó a Corea del Sur a celebrar una reunión de alto nivel en pos de aliviar las tensiones en la península y conseguir una paz duradera. “2018 es un año significativo tanto para el Norte como para el Sur, con el Norte celebrando el 70° aniversario de su fundación y el Sur acogiendo los Juegos Olímpicos de Invierno. Esperamos sinceramente que los Juegos sean un éxito. Las dos Coreas pueden reunirse de inmediato para este fin”, manifestó Kim Jong-Un. El nuevo presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, aceptó el llamado.

Finalmente Pyongyang y Seúl celebraron su primera reunión de alto nivel en dos años, donde decidieron cooperar para la celebración de los JJ.OO. de Pyeongchang 2018, crear un entorno pacífico en la península y buscar la reconciliación entre las partes. También acordaron que estos asuntos deben ser resueltos únicamente por las dos partes, sin la injerencia de Estados Unidos. Esto no le cayó nada bien al imperialismo, donde tienen apostadas decenas de miles de tropas en el sur de la península. Donald Trump y su vicepresidente, Mike Pence, no tardaron en criticar los acuerdos y amenazaron con una invasión militar a la RPDC, además de reforzar el bloqueo económico contra el país.

A pesar del accionar belicista del imperialismo, finalmente comenzaron los JJ.OO de invierno en febrero y los atletas del norte y el sur desfilaron juntos bajo la bandera coreana unificada. Como parte de la delegación norcoreana se encontraba Kim Yo-Jong, la hermana de Kim Jong-Un, y Kim Yong-Nam, Presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo. Mientras Kim Yo-Jong entregaba al presidente surcoreano una invitación oficial para visitar el país y reunirse con Kim Jong-Un, el vicepresidente yanqui, Mike Pence (que estuvo presente en los JJ.OO.) tuvo que retirarse antes de lo previsto al no poder acordar una fecha para la realización de nuevos ejercicios militares.