BRASIL

Lula y la unidad popular

  El miércoles 15 de agosto comienza el registro de candidaturas ante el Tribunal Supremo Electoral (TSJ) para las próximas elecciones generales de Brasil, que se realizarán el 7 de octubre. El compañero Lula Da Silva (PT), que se encuentra encarcelado ilegalmente, reafirmará su candidatura a presidente junto con Fernando Haddad (PT), ex alcalde de San Pablo, que irá como vicepresidente. Si el TSJ rechaza la candidatura de Lula, la fórmula del campo popular quedará con Fernando Haddad como presidente y Manuela D’Avila (PCdoB) como vicepresidenta. Esta estrategia electoral se originó luego de varios encuentros y negociaciones entre el Partido de los Trabajadores y el Partido Comunista do Brasil (aliado del PT desde sus origines). Con esta alianza estratégica, se espera ampliar los apoyos dentro del campo popular y derrotar a la derecha neoliberal en octubre.

Hasta ahora, las encuestas que incluyen a Lula lo sitúan como favorito con un apoyo cercano al 40% de los votos y una diferencia de más de 20 puntos de ventaja sobre el segundo, el facista Jair Bolsonaro. En caso de balotaje, Lula vencería a cualquiera de sus adversarios. Si el candidato del pueblo es vetado y no se le permite participar, se espera que la formula Haddad-D’Avila (PT-PCdoB) consiga gran parte de los votos de Lula.

Mientras tanto, las corporaciones mediáticas comenzaron una campaña para invisibilizar a Lula y a sus candidatos. Desde el canal de televisión Bandeirantes se realizó un debate “oficial” entre todos los candidatos menos los del PT y sus aliados, que no fueron invitados. Horas antes del debate, Lula divulgó una carta en donde denunció la censura del canal. “La decisión viola el derecho del pueblo brasileño y también de los demás candidatos a discutir”, escribió el ex presidente. Como contrapartida, el PT y el PCdoB realizaron un debate paralelo por las redes sociales abordando diversos temas como seguridad, empleo, salud, etc., y expusieron sus propuestas de gobierno para salir de la crisis actual, ocasionada por el neoliberalismo del gobierno golpista de Michel Temer.

A la vez, decenas de miles de campesinos de todo el país comenzaron la Marcha Nacional Lula Libre, encabezada por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) exigiendo la liberación del ex mandatario y el derecho a la participación de Lula en las elecciones.