LA ÚNICA DISYUNTIVA ES
Unión por la Patria para derrotar al fascismo neoliberal
Siempre consideramos necesario abrir el cuadro de observación y analizar la situación que transita el mundo actual para comprender con más precisión qué es lo que está en juego hoy en la Argentina. La agresividad del imperialismo norteamericano en diferentes frentes y en forma simultánea revela la desesperación por intentar revertir la pérdida de hegemonía y el declive del neoliberalismo como sistema predominante en el planeta. En apretada síntesis, la necesidad de hacerse de los recursos naturales y neutralizar cualquier atisbo de resistencia por parte de los pueblos, abre la peligrosa posibilidad del fascismo. El avance vertiginoso de China Socialista; la imposibilidad de doblegar a la Federación Rusa aún apelando al poderío de la OTAN; el despliegue de mecanismos multilaterales de asociación entre países, sin condicionamientos ni políticas de garrote; la intencional crisis económica y social que hace crujir a Europa, donde una mínima chispa desata la ira de miles de excluidos (Francia por ejemplo); y la ampliación de gobiernos de izquierda y progresistas en América Latina generan un escenario adverso para los intereses de las grandes transnacionales.
En este contexto, los Estados Unidos buscan recuperar posiciones en nuestra región a través de la Argentina. Tal como lo hemos citado, la generala Laura Richardson (Jefa del Comando Sur del Pentágono) explicitó en varias oportunidades la decisión de los yanquis de ir por el litio, el agua, las tierras raras y el petróleo que abundan en esta parte del hemisferio. Nuestro país está atado de pies y manos por un acuerdo inviable con el FMI, lo que ha profundizado el deterioro político y social heredado del macrismo. El gobierno de Alberto Fernández ha hecho muy poco por revertir ese proceso, a pesar de las permanentes advertencias de la compañera Cristina, indiscutible referente del sector mayoritario de la coalición gobernante. La negativa presidencial a avanzar en la redistribución del ingreso abonó el descontento popular y abrió una brecha para el retorno del neoliberalismo en nuestro país. A esto debemos sumar un elemento central: la proscripción de CFK por parte del partido judicial, que obligó a buscar otras alternativas de cara al proceso electoral que se inicia en agosto.
En el comunicado de nuestro Partido fechado el 27 de junio expusimos nuestra posición respecto a la definición de las candidaturas. Ello nos exime de mayores consideraciones. Reiteramos que la fórmula compuesta por Sergio Massa y Agustín Rossi es la única opción realmente existente para cerrar el paso al restablecimiento del neoliberalismo en la Argentina, ahora con métodos que rayan con el fascismo. Los acontecimientos en la provincia de Jujuy dan cuenta de lo que están dispuestos a hacer los enemigos de nuestro pueblo, no sólo por que ésta sea la voluntad de los Larreta, Bullrich o Milei, sino porque es lo que determina su patrón, el imperialismo estadounidense. No es un problema de formas sino de las políticas que tienen que implementar para garantizar la reproducción del capital, hoy financierizado. Por esto mismo es importante diferenciar lo principal de lo secundario y analizar el escenario con objetividad, los riesgos y las posibilidades de avance. Junto a esto, prepararnos para militar la campaña con decisión y convicción militante.
En este camino, acumular fuerzas para impulsar un conjunto de ejes programáticos que deben ser centrales en un eventual gobierno de Unión por la Patria, que claramente será de unidad y disputa. Debemos rediscutir el acuerdo con el FMI; apuntar a las ganancias monopólicas y extraordinarias como condición necesaria para mejorar los ingresos de las mayorías; cambiar estructuralmente el poder judicial, caso contrario será muy difícil gobernar en un sentido nacional y popular; y exigir una política exterior soberana integrada a América Latina y a la multipolaridad.
Pero primero tenemos que ganar, y para eso, dejarlo todo.
Como sostuvimos en el mencionado comunicado, “el único camino para lograr estos objetivos es con la movilización, conciencia y organización de nuestro pueblo. Es con lucha, con inserción en el movimiento de masas. No hay voluntad militante sin entusiasmo; y no hay entusiasmo sin la experiencia concreta de la lucha. Es, a nuestro entender, la forma de modificar la correlación de fuerzas existente. Al mismo tiempo, es necesario construir la fuerza política frentista del kirchnerismo, para que el programa liberador en nuestra Patria sea posible”.