MASIVO RECHAZO AL AJUSTE
¡Basta!
No alcanzaron los aprietes, las defecciones de algunas conducciones sindicales ni el clima de miedo que buscó infundir el gobierno nacional para desmovilizar a nuestro pueblo. La multitudinaria jornada de lucha del 21 de febrero impulsada por el Sindicato de Camioneros logró canalizar el enorme descontento y bronca de las grandes mayorías frente a las políticas hambreadoras del neoliberalismo. Cientos de miles de trabajadores agremiados en la CGT y las CTA, movimientos sociales y organizaciones políticas, sectores de la pequeña y mediana industria, comerciantes y asociaciones de consumidores, pequeños productores de la agricultura familiar, intelectuales y trabajadores de la cultura, y fundamentalmente mucha gente suelta, de a pie, se movilizaron masivamente. El epicentro fue la protesta por los miles de despidos, los tarifazos y la insoportable carestía de la vida; el saqueo a los jubilados, el pretendido límite a la discusión salarial y los intentos por precarizar los convenios colectivos de trabajo. También el repudio a la persecución política, la escalada represiva, las privaciones ilegítimas de la libertad y la violación de los derechos y garantías constitucionales. Macri debe pagar el costo político de cada una de sus medidas y esto lo vamos a lograr con los agredidos movilizados en la calle.
Con la sanción en diciembre (a fuerza de gases y balas de goma) de la ley de reforma previsional, el gobierno ingresó en un cono de deterioro político, que se agudizó durante los primeros meses del año y del que no puede salir. Continúan empeorando las principales variables de la economía golpeando a vastos sectores de la población. La disparada del dólar impulsa aún más los precios, en particular en el mercado de combustibles (hoy desregulado) que impacta sobre toda la cadena de valores. Siguen sin llover las inversiones, aunque sí hubo diluvio de aumentos en las tarifas de los servicios públicos. Quienes tienen una sonrisa dibujada son los sectores financieros y agroexportadores, los únicos favorecidos por la devaluación. El rojo fiscal se incrementó en enero en un 366% respecto al mismo mes del año anterior, empujado por el pago de intereses de una deuda desbocada. Allí radica la crisis latente del modelo neoliberal vigente: la absoluta dependencia del endeudamiento externo. No por nada las propias usinas del imperialismo (The Wall Street Journal) exhiben preocupación por la continuidad de Macri en un contexto de subas progresivas de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense (FED).
Comienza a resquebrajarse la base social de Cambiemos y aparecen fisuras entre los factores de poder (económico y judicial en particular) quienes olfatean un cambio de clima político de cara al 2019. Es en este marco que se producen diversos reagrupamientos en el plano político, social y sindical orientados a consolidar la unidad de acción en la resistencia al ajuste, con el desafío de confluir en un amplio frente opositor que esté en condiciones de derrotar al candidato del neoliberalismo en las próximas elecciones presidenciales. Destacamos en este sentido las diferentes iniciativas unitarias hacia el interior del peronismo (con CFK jugando un rol determinante) así como el accionar común de la enorme amalgama de gremios que protagonizaron el 21F y que perfilan la puesta en marcha de una corriente de trabajadores decidida a confrontar consecuentemente con las políticas de saqueo. En este contexto y atentos a que coexisten diferentes planos de la unidad, los comunistas consideramos que sigue siendo necesaria la construcción de la fuerza política frentista que aglutine a aquellos sectores organizados y no organizados identificados con el liderazgo de Cristina, para desde allí aportar con más determinación al objetivo de una coalición amplia, sin exclusiones, de carácter antineoliberal.