UNA DISCUSIÓN DE FONDO

¿Por qué es tan importante el gasoducto?

Tanto escaló que hasta fue munición dentro de la propia interna en el Frente de Todos, cuando el ya retirado Matías Kulfas, jugando sucio acusó al kirchnerismo de retrasar y querer influir en las licitaciones, cuando en realidad fue el propio Ejecutivo el que venía dilatando la obra, y si bien en sede judicial Kulfas se retractó y aclaró que solo era “juego político” para contestarle a Cristina, el plato preferido de la derecha mediocre y reaccionaria ya estaba servido: “la acusación de corrupción contra Cristina”. De todas las gotas, esta fue la gota más grande. 

Así en gas como en petróleo, la Argentina tiene un cuello de botella entre la producción y la capacidad de transporte; los gasoductos actuales están saturados, el macrismo colgó el comienzo de la obra en el 2017, sumado a la crisis energética a nivel mundial y la importación y la necesidad de dólares, tornaron al gasoducto Néstor Kirchner en la obra más importante actualmente. 

El gasoducto va por etapas, el ahorro, capacidad y posibilidades también dependen de cada etapa, es decir, no hace falta hacer todas las etapas para ver resultados. Solo la primera etapa sumará capacidad de transporte de gas natural al sistema nacional por 24 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d), y a su finalización en el total de etapas, estimada en no menos de 18 meses, se generará un ahorro por sustitución de importaciones de 1465 millones dólares anuales. 

La adjudicación de la licitación de los caños a Techint fue uno de los motivos de CFK para invocar “el uso de la lapicera”. La empresa planteó que debe importar la chapa laminada gruesa de la planta de Ipatinga (Mina Gerais) de la empresa Usiminas, una firma en la que Paolo Rocca tiene el 20% de participación. La idea de Cristina es evitar más fuga de dólares, y activar la fabricación local o al menos algún tipo de restricción para que Techint saque las divisas. Techint podía producir ese tipo de lámina en el país, pero con el macrismo tuvo que cerrar esa línea de producción, por eso las exigencias de que “reactiven”. Se excusan diciendo que toda la maniobra no podría llevarse a cabo en un plazo menor a tres años, extorsionando con el apuro del gobierno. 

El presidente de YPF, Pablo González –ex vicegobernador santacruceño-, sostuvo que el Gasoducto Néstor Kirchner finalizado convertirá a la Argentina en “exportadora de energía”, es decir no solo ahorra dólares que hoy gastamos en importación de energía, sino que hasta podría obtener ingreso de divisas. 

Una de las importaciones habituales más caras son los barcos de Gas Natural Licuado (GNL), de momento ya se destinaron más de 800 millones de dólares, mientras que en 2021 se pagó un total de 1.100 millones de dólares en el invierno. La guerra en Ucrania golpea de lleno al precio de los barcos de GNL, -recordemos las relaciones entre Europa y Rusia giran principalmente en torno al Gas- cuyo precio literalmente explotó.

La secretaría de Energía de la Nación estimó que se necesitará este año 8.080 millones de dólares, un 640% más que el año pasado. El costo de importación de gas subiría en 7.000 millones de dólares, solo contando el GNL y no el gas de Bolivia que también ya está revisando su precio.