EN DEFENSA DE LA ESCUELA PÚBLICA

La lucha continúa

A principios de semana el gobierno bonaerense “propuso” un 20 por ciento de incremento a los docentes. La represión ordenada desde la Casa Rosada cuando se levantaba la Escuela Itinerante marcó un punto límite en el maltrato. Los docentes continúan la lucha por un salario digno y en defensa de la escuela pública.

Con el epicentro en la provincia de Buenos Aires, el gobierno nacional pretende aleccionar y disciplinar a los docentes y al conjunto del pueblo trabajador: “A esta lucha la ganamos entre todos”, se escucha decir día tras día en las voces de los maestros. Y tanto de un lado (como del otro), esta verdad se sabe. En estos días la “propuesta” de María Eugenia Vidal habla de esta verdad: un módico 20 por ciento, tensar más la cuerda y apostar al desgaste; intentar deslegitimar la lucha y crear consenso para transformar la educación pública en privada. Además de que ese porcentaje está lejos del 35 para que un trabajador se aleje de la línea de pobreza, el gobierno bonaerense pretende distorsionar la lucha hablando de presentismo: cambiar salud (de docentes y de sus hijos) por salarios. Por otro lado, ese 20 por ciento significan 30 pesos más al básico, 60 al final de octubre y salarios iniciales en 11700 pesos.

La represión a los docentes la noche del domingo 9 de abril cuando se comenzaba a instalar la Escuela Itinerante marcó un nuevo momento en la lucha, no sólo del conjunto que le venía poniendo el cuerpo a los paros y las movilizaciones, sino en la conciencia de todos los trabajadores docentes y el pueblo en general, que sintieron como punto límite la orden de represión llegada directamente de la Casa Rosada: gas pimienta, palos y detenciones. El abrazo a la escuela pública no sólo se hizo carne en el paro nacional del martes siguiente. En distintas ciudades y barrios y en escuelas dónde los trabajadores no venían adhiriendo a las medidas de fuerza, la bandera de lucha “La escuela enseña, resiste y sueña” se levantó estampada en guardapolvos, en globos celestes y blancos y con el canto del himno nacional en las voces de maestros, alumnos, padres y abuelos. Clases abiertas frente a las escuelas medias y terciarias también fueron, y son, parte de la continuidad de la lucha.

El gobierno nacional no quiere que la lucha docente sea una referencia. Pero sí quiere referenciar la represión: dados los hechos ilegales que se vienen conociendo en distintas provincias del país como Jujuy (en la Universidad de Ciencias Agrarias con estudiantes golpeados y detenidos) o en Mendoza, la mano dura está decidida a ponerse de piedra y de bala, a profundizarse hacia todos los sectores populares.

La Escuela Itinerante -todos la llamamos carpa porque evocamos la de los noventa- estuvo rodeada estos días por decenas de miles de trabajadores docentes (muchos de las provincias), trabajadores en general, niños, jóvenes, padres, artistas, científicos, etc., que se acercaron para ser parte de esta disputa que no es sólo salarial: está marcando un nuevo momento -junto a las movilizaciones de marzo y el paro general de abril- de resistencia y organización.

“No se discute sólo el salario, se defiende la escuela pública, su financiamiento”. Y en la Escuela Itinerante se discute la situación de los padres de los alumnos que se quedaron sin trabajo, momento clave para que se compartan las problemáticas comunes de todos los trabajadores; para que se produzca el encuentro de la comunidad educativa golpeada por la misma política de exclusión: sueldos por debajo de la línea de pobreza, desocupación y deterioro de la calidad de vida. “Lleven el petitorio a sus barrios para exigir que se cumpla la ley nacional de paritarias”, se convocó desde el escenario como forma de irradiar aún más la lucha.

La estrategia del gobierno nacional encuentra resistencia en la unidad y la firmeza de los gremios y los trabajadores: “No estamos igual que en los noventa, porque partimos desde otro lugar. Tenemos una ley nacional que la parimos en aquellos años y se sancionó en 2006. Tenemos mucho para defender”.