El esperado Aporte Solidario y Extraordinario a las grandes fortunas ingresa en su etapa parlamentaria. Se trata de un proyecto de gran envergadura política que significa la posibilidad de acceder a ingentes recursos para hacer frente a la pandemia y sus efectos.

Ingresó finalmente a la Cámara de Diputados el proyecto de Ley denominado “Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a Morigerar los Efectos de la Pandemia”, de considerable alcance económico y de alto impacto político, ya que implica poner de relieve en el debate público no solo la enorme desigualdad económica inherente al sistema capitalista en su fase neoliberal, sino también la necesidad de que los ricos contribuyan sustancialmente para levantar el ahogo económico en que nos dejó Macri.

No se trata precisamente de un impuesto, porque impacta sobre las existencias financieras de los ricos y no sobre el flujo de la economía. Más bien es un aporte por única vez que pagarán las personas más ricas del país, unos 12.000 involucrados aproximadamente, que poseen las mayores fortunas, con patrimonios declarados superiores a 200 millones de pesos. No está dirigido a las empresas sino a las personas, y tiene carácter progresivo, ya que establece que ante mayor riqueza, mayor alícuota. En el caso de los capitalistas que califiquen para el aporte y tengan bienes en el exterior, el tributo tendrá un recargo del 50% sobre la alícuota, pero si el poseedor decide repatriar un 30% de las tenencias financieras, se eliminará este diferencial.

Se estima que la recaudación obtenida por el Estado una vez implementado el aporte extraordinario, rondará los 25000 millones de dólares según el tipo de cambio vigente. En los años de Macri se dejaron de cobrar impuestos a personas y a empresas de mayores patrimonios por el equivalente a 7 puntos del PBI. Según lo que establece el proyecto, el 20% de esa recaudación se destinará a la compra y/o elaboración de equipamiento e insumos críticos para la emergencia sanitaria; otro 20% estará destinado a las pequeñas y medianas empresas, fuertemente perjudicadas por la pandemia, con el objetivo de llevar la producción a niveles de crecimiento y mantener el empleo argentino; otro 15% irá a programas para el desarrollo de los barrios populares; un 20% al programa integral de becas Progresar; y un 25% a programas de exploración y desarrollo de gas natural.

El borrador fue públicamente difundido en abril, en tiempos en los que el Presidente Fernández se dirigió al gran empresariado y les dijo que “llegó la hora de ganar menos”. La resistencia y el lobby del establishment fue fuerte, a tal punto que han pasado varios meses para que el proyecto vuelva a cobrar fuerza. Entidades que nuclean al gran capital industrial como la Cámara de Convergencia, o la Asociación Empresaria Argentina (AEA), en conjunto con el mundo de las finanzas y el repiqueteo constante de los medios concentrados de comunicación, se opusieron con vehemencia. El proyecto de Aporte Extraordinario y Solidario implica a actores que se beneficiaron con la extraordinaria fuga del macrismo: dueños de corporaciones, bancos, grandes compañías de seguros, laboratorios, cadenas de supermercados y empresas de suministro eléctrico, entre otros.

La puja política para lograr la aprobación no será fácil. Son tiempos en que la oposición no duda en mostrar su cara más despiadada, movilizando a sus adherentes, poniendo en riesgo sus propias vidas (y las del conjunto, que importan más) por un puñado de consignas inconexas, como lo demostraron el último 17 de agosto. Para obtener su media sanción en Diputados, el proyecto del Frente de Todos requiere “mayoría especial”, es decir el voto positivo de 129 diputados. En tiempos difíciles, Argentina sigue dándole pelea a la pandemia, logró un acuerdo con los bonistas privados que nos permite crecer y va por la reconstrucción de la patria teniendo como eje a quienes más lo necesitan.

DE QUÉ SE TRATA

Es un aporte por única vez que pagarán las personas más ricas del país, unos 12.000 involucrados aproximadamente, que poseen las mayores fortunas, con patrimonios declarados superiores a 200 millones de pesos. Además, tiene carácter progresivo, ya que establece que, ante mayor riqueza, mayor alícuota.

CUÁNTO DINERO SUPONE

Se estima que la recaudación obtenida por el Estado una vez implementado el aporte extraordinario, rondará los 25000 millones de dólares según el tipo de cambio vigente. En los años de Macri se dejaron de cobrar impuestos a personas y a empresas de mayores patrimonios por el equivalente a 7 puntos del PBI.

A DÓNDE SE DESTINARÁ

El 20% de esa recaudación se destinará a la compra y/o elaboración de equipamiento e insumos críticos para la emergencia sanitaria; otro 20% estará destinado a las pequeñas y medianas empresas, fuertemente perjudicadas por la pandemia, con el objetivo de llevar la producción a niveles de crecimiento y mantener el empleo argentino; otro 15% irá a programas para el desarrollo de los barrios populares; un 20% al programa integral de becas Progresar; y un 25% a programas de exploración y desarrollo de gas natural.

A QUIÉNES AFECTA

El proyecto de Aporte Extraordinario y Solidario implica a actores que se beneficiaron con la extraordinaria fuga del macrismo: dueños de corporaciones, bancos, grandes compañías de seguros, laboratorios, cadenas de supermercados y empresas de suministro eléctrico, entre otros.