PALESTINA

Se recrudece el genocidio

El Estado terrorista de Israel comenzó una nueva matanza contra el pueblo palestino. Mientras las naciones que abogan por un mundo multipolar condenan el accionar del sionismo, Estados Unidos continúa vendiendo armamento, financiando y utilizando su poder de veto en la ONU para favorecer a Israel y conseguir su impunidad.

Todo comenzó el pasado 7 de mayo tras una violenta represión por parte de la policía israelí contra residentes palestinos en el barrio Sheij Jarrah, en Jerusalén Oriental, que se encontraban manifestando para evitar ser desalojados de sus hogares. En medio de la brutal represión, gran parte de la zona oriental de la ciudad fue bloqueada, incluso la famosa mezquita de Al Aqsa fue ocupada y destruida por fuerzas israelíes, lo que agravó la ola de violencia que terminó con cientos de palestinos heridos y detenidos, incluso dentro de la mezquita.

Como represalia, el movimiento político islamista Hamas dio un ultimátum al régimen sionista para que se retire de los puntos conflictivos de la ciudad. Al no ser acatado, finalmente fueron lanzados decenas de cohetes desde la Franja de Gaza hacia diversos puntos militares y económicos de Israel. La mayor parte de ellos no llegaron a tierra ya que fueron interceptados por el sistema anti misilístico israelí “Cúpula de Hierro”. Por su parte, las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), verdadera organización terrorista, respondieron con ataques aéreos sobre la población civil de Gaza (ataques que continúan al día de hoy).

Fueron bombardeados indiscriminadamente edificios residenciales, hospitales, escuelas, la red eléctrica, la red de agua e incluso hasta un edificio donde funcionaba la agencia de prensa estadounidense AP y la catarí Al Jazeera. Hasta el lunes 17 de mayo, el saldo del criminal ataque era de 212 palestinos muertos, incluidos 59 niños y 35 mujeres, además de una cifra superior a los 1.300 heridos. Desde el ejército sionista admitieron que utilizaron unos 50 aviones de combate para bombardear Gaza, un territorio similar en tamaño al partido bonaerense de La Matanza con una población de más de 2 millones de habitantes sin posibilidades de escapatoria. Del lado israelí hubo unos 10 fallecidos, marcando así la evidente desproporción de fuerzas en el conflicto. Israel utilizó también artillería pesada posicionada alrededor del cerco que rodea el gigantesco campo de concentración que es Gaza.

Estos ataques se dan casualmente cuando el actual Primer Ministro ultaderechista israelí, Benjamin Nentanyahu, está perdiendo popularidad y podría ser reemplazado por el Knéset (Parlamento israelí) en el mediano plazo. Tanto árabes como israelíes antisionistas realizaron el martes 18 una masiva huelga general en contra del accionar del gobierno. “Responsabilizamos al gobierno de Israel por el círculo de sangre y el horror cometidos para complacer a la derecha fascista de los asentamientos (colonos), y especialmente a Netanyahu, que llegó a esta situación para perpetuar su gobierno”, denunciaron desde el Frente Democrático para la Paz y la Igualdad (Hadash), brazo frentista del Partido Comunista de Israel (que tiene 3 diputados en el Knéset). Del lado palestino de Cisjordania, gobernado por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) bajo la presidencia de Mahmud Abbas, las manifestaciones populares se vienen intensificando y continúan firmes. “Resistiremos más y más, y seremos cada vez más resistentes hasta lograr la victoria y la liberación. Y hasta que logremos poner fin a la colonización de todas nuestras tierras ocupadas, especialmente de Jerusalén”, enfatizó el presidente palestino.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el presidente estadounidense Joe Biden “tiene las manos ensangrentadas por apoyar a Israel”. Y tiene razón. En las vísperas del bombardeo genocida contra palestinos, la administración Biden dio luz verde para vender a Israel armamento de última generación por el valor de 735 millones de dólares.

El creciente belicismo también genera tensiones a nivel internacional. La condena a Israel por la amplia mayoría de los pueblos del mundo quedó demostrada en manifestaciones y comunicados, tanto de sectores políticos y sociales, como de gobiernos. Nuestro país fue uno de ellos, que expresó, en un comunicado de Cancillería, su preocupación por el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel.