LIBERACIÓN O DEPENDENCIA

Potenciar el rol estratégico del Estado

Pese a la pandemia y las dificultades económicas, el Frente de Todos está avanzando en el control estatal sobre sectores estratégicos de la economía.

 

La importancia estratégica del papel del Estado en un proyecto determinado de país es una variable clave para evaluar a un gobierno. El kirchnerismo, entre 2004 y 2015, fue un claro ejemplo de rescate de resortes fundamentales en favor del pueblo: Aerolíneas Argentinas, AYSA, Correo, YPF, Astilleros Río Santiago, Fábrica de Aviones de Córdoba, AFJP, Ferrocarriles, entre otros. Estos avances, que consideramos necesarios para el proceso de libración nacional y social, fueron truncados por el macrismo en 2015. Así y todo, luego del desastre neoliberal, el país procura retomar la senda del desarrollo a partir de la victoria del Frente de Todos (FdT).

A pesar del complejo contexto económica actual, como consecuencia de la pandemia, el gobierno nacional avanza paulatinamente en la recuperación de diversos sectores públicos productivos: por ejemplo, en el ultimo tiempo se estatizó la histórica empresa IMPSA (Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A), una empresa que supo convertirse en líder nacional de la industria hidroeléctrica, pero también en otros campos como la fabricación de grúas portuarias y generadores para la industria eólica, solar y nuclear, además de desarrollos tecnológicos para la industria petrolera y gasífera. La empresa supo crecer y consolidarse históricamente durante diferentes etapas hasta 1976 (aunque con interrupciones) y luego con el kirchnerismo, en donde consigue adjudicarse importantes obras. Con el advenimiento del neoliberalismo, sobre todo a partir del 2018, la empresa comienza un declive que la llevaría a endeudarse hasta prácticamente tener que cerrar en plena pandemia. Así, en una jugada estratégica por parte del gobierno -y que pasó en gran parte desapercibida- el Estado nacional, junto con el estado provincial de Mendoza, consiguieron los fondos para sostener la empresa y que sus acciones queden mayoritariamente en manos del Estado. IMPSA es un ejemplo exitoso de lo que se había intentado hacer con la agroexportadora Vicentín, y que finalmente no se pudo por diferentes causas y responsabilidades, propias y ajenas.

Así y todo, el gobierno decidió no resignarse y continúa buscando la forma de que el Estado pueda entrar en uno de los negocios más monopolizados del país, en donde solo 10 empresas controlan el 90% de todo lo que se exporta. Vicentín es la sexta empresa agroexportadora más importante del país. El “Plan B” del FdT ahora es potenciar YPF Agro, una sección de nuestra compañía petrolera que se dedica al comercio interno de insumos agropecuarios, con el objetivo de convertirla en una empresa testigo en el sector. Para eso necesitará hacer alianzas con compañías que ya operan en puertos, como podría ser el gigante estatal chino COFCO o esperar a que la Justicia avance con la investigación de estafa. Recordemos que la mayor parte de la deuda de Vicentín es con la banca pública y esa deuda deberá ser pagada de alguna forma.

Fabricaciones militares es otra de las empresas estatales clave para el desarrollo del país que empezó a recuperarse luego del abandono macrista. En esos cuatro años no solo se desfinanció, sino que incluso se cerraron plantas centrales como la de Azul. La producción hoy, luego de más de un año de gobierno nacional y popular, no solo es más alta, sino que la inversión continúa creciendo. Desde que comenzó el gobierno del FdT, esta empresa emblemática nacional fue recuperando su producción y reincorporando personal despedido durante la gestión anterior. No solo eso, también se comenzó a recuperar mercados que se habían perdido, como la producción y venta de explosivos para la industria minera (dinamita y mastermix). Esta producción fue introducida en 2014 durante la presidencia de CFK y luego desfinanciada y abandonada por Macri. Hoy, con la recuperación de Fabricaciones Militares, esta empresa estatal puede convertirse en una de las principales proveedoras para la minería en el cono sur. También se viene invirtiendo fuertemente en la producción de contenedores y vagones de carga para el sistema ferroviario nacional (recuperado por CFK en su momento), que podrían posibilitar, en un futuro, una reducción de costos para la producción alimentaria.

Energía, ferrocarriles, agroexportación e industria básica; sectores estratégicos en los que el gobierno avanza, pese a las dificultades de la pandemia y la herencia macrista. Este debe ser el camino para profundizar el rumbo antineoliberal y volver a encarar un proyecto nacional de desarrollo.

La compañía de tecnología energética mendocina IMPSA, una empresa estratégica para el país, pasó a ser propiedad del Estado luego de un aporte de 20 millones de dólares, lo que significó el sostenimiento de 720 empleos directos y miles de empleos indirectos por parte de más de 100 PyMEs. El Estado Nacional se quedará con un el 63,7% de la empresa mientras que la provincia de Mendoza lo hará con un 21,2%. El porcentaje restante (15,1%) permanecerá en manos privadas, correspondiendo un 9,8% a parte de los acreedores y otro 5,3% para la familia fundadora.

La estatal Fabricaciones Militares (FM) anunció una inversión por más de $42 millones de pesos en su planta de Villa María, Córdoba, y está en proceso de recuperar un sector cerrado por el macrismo: la producción y comercialización de explosivos para la industria minera. Los contratos actuales significarán un ingreso de divisas aproximado de 2,5 millones de dólares anuales con la posibilidad de duplicar ese monto en el mediano plazo. FM también se encuentra produciendo contenedores y vagones de carga para el sistema ferroviario nacional.

El gobierno está apostando a potenciar YPF Agro, la división agropecuaria de nuestra petrolera nacional, para que se convierta en una empresa testigo en el sector agroexportador, que hoy es controlado en un 90% por apenas 10 grandes empresas, en su mayoría multinacionales. La importancia de tener una empresa testigo es esencial para evitar los shocks externos de precios y avanzar en la soberanía alimentaria.

El Estado también está avanzando en la producción de vagones de carga y contenedores para el sistema ferroviario nacional. Con apoyo de la República Popular China a través de la firma China Machinery Engineering Corporation (CMEC), desde fines del año pasado se están fabricando 1000 vagones de carga y 300 contenedores graneleros. Se trata de una inversión de 120 millones de dólares en su primera etapa.